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NECESITA ESTE MUNDO... TEMERARIOS
QUE SE ATREVAN A DESAFIAR AL MISMÍSIMO
PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS Y ESOS,
ESOS DEBÉIS SER VOSOTROS,
LOS APÓSTOLES DE ESTOS ÚLTIMOS TIEMPOS

CAPITAL FEDERAL, 21 de octubre de 1988
CENÁCULO NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

Lectura: Jeremías, Cap. 39, Vers. 11 al 18.

Descienda la paz a vosotros, amadas ovejas de mi grey.
Y bien, aquí estoy ahora frente a vosotros, luego de larga espera, luego de días de sacrificios, luego de mucha oración como me agrada. ¿Que deseáis de mí? Pensad. ¿Acaso dice la semilla al sembrador: Echame en este o en otro surco? ¿Acaso dice la espiga al segador: «Córtame y llévame ahora que estoy madura» o más bien es su ojo experto el que le indica el momento y tiempo para cada una de esas cosas. Bien, así es, Yo elijo el tiempo de presentarme y el tiempo de esconderme, el tiempo de milagros y de sufrimientos, el tiempo de cruz y el de Resurrección. Dejadme conduciros según mi modo que es el Santo Modo de Dios y es salvación segura. Y no atendáis a otros consejos pues os aseguro que estos consejos, en apariencia prudentes querrán destruiros bajo un manto de falsa cristiandad. Volved a las raices, las fuentes intactas de sabiduría, a saber: la Santa Palabra Revelada a la Iglesia, la Tradición Apostólica y el consejo de vuestro Papa que bajo mi consentimiento guía este rebaño.
Y bien, pues, véis como en este mundo todo llega, habéis esperado y aquí estoy mas luego me iré y no me oiréis como ahora, mas estaré siempre en medio vuestro, si deseáis oír mi voz siempre, si deseáis amarme como os amo, si deseáis gozar de la presencia de vuestra Santísima Madre, vosotros, ovejas de mi rebaño, estáis deseando ver el Cielo, mas Yo os digo: No basta el solo deseo, el deseo debe mover vuestra voluntad hacia las obras de perfección cristianas, solo así alcanzaréis el galardón final destinado a quienes perseveran. ¡Adelante! os he dicho y ¡adelante! os repito. Necesita este mundo de hombres y mujeres valientes, de jóvenes limpios de corazón, puros, sin mancha. Necesita temerarios que se atrevan a desafiar al mismísimo príncipe de las tinieblas, y esos, esos debéis ser vosotros, los apóstoles de estos Últimos Tiempos. Id por el mundo viviendo como Yo os he marcado.
Y no os enorgullezca ningún título pues nada sois lejos de mí y todo sois adheridos a mí por mi misericordia.
Siempre he llamado y llamaré nuevos profetas para ayudar y guiar a mi pueblo hacia la verdad y para vergüenza de aquellos que no cumplen con su auténtico deber, entretenidos en cosas del mundo. Vosotros sabéis a quién me dirijo y ellos también lo saben. He elegido lo inculto y falto de preparación para avergonzar más aún a todos los famosos doctores que llevan a las almas a la tibieza y a los críticos serios y prudentes que no son capaces de elevar un avemaría con fe. Si levanto profetas, ellos son mi voz y serán oídos pero también perseguidos y deben sufrir, es inevitable, mas durante esos sufrimientos, siempre estaré a su lado.
No dejéis apagar el fuego del Espíritu que arde en vuestro pecho y decid en cada comunión: Jesús, ven a mí, te amo. Y allí estaré, Palabra del Señor de Cielo y tierra, ardiendo en vuestra alma. No temáis aunque estéis solos, Yo estoy con vosotros y os amo y protejo como únicos hijos. Orad mucho, orad, pues la amenaza de guerra no es lejana, orad.
Tened paz en vuestras almas, Yo os bendigo, hijos míos, recibid según vuestra fe, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Recordad, el rebaño es mío y Yo contrato los pastores que necesito.
Vuestra Madre os bendice también en este lugar especialmente dedicado a su presencia y sabed de su parte que siempre os acompaña e intercede por vosotros.
Volved a vuestros hogares con la paz en el corazón.

Lectura: Apocalipsis, Cap. 3, Vers. 19 al 22.





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