MATA A DIOS
10 de octubre de 1985
Lectura: San Lucas, Cap. 21.
No teman, la mano del Señor trabaja entre ustedes; aún en los peores momentos me sentirán en sus corazones.
Aquél que se preocupa por su destino, mata a Dios. Aquél que deja su destino en mis manos recibirá mi vida que es vida eterna.
El dolor hace crecer la confianza y enseña a ser humilde.
Mi bendición para todos.
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