DE VUESTRA MADRE
23 de enero de 1998
Bien os he explicado ya que para ganar vuestra entrada en el Reino de los Cielos, deberéis nacer de nuevo, de lo alto; no volviendo al vientre de vuestra madre mundana, sino dejándoos formar en el Corazón de mi Madre, vuestra Madre.
Como habéis sido alimentados antes de nacer en el vientre materno, así seréis ahora alimentados por Ella con mis gracias. Como habéis sido protegidos durante nueve meses, seréis protegidos ahora por su intervención oportuna que os librará de todo enemigo material y espiritual. Y por fin, como habéis visto la luz viniendo a este mundo, Ella os mostrará la luz y el camino que, comenzando en este mundo, termina en el Cielo.
¡Naced, pues, de nuevo! ¡Creced, bajo la guía de vuestra Madre! ¡Formaos solo con cosas santas... para soportar lo que vendrá! Y recordad a cada instante que si no os hacéis espiritualmente como niños, sin odios... sin rencores... sin falsedades... sin soberbia, no habrá lugar para vosotros en el Reino.
Tened Paz. Recibid mi bendición que os traerá fortaleza y luz, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Confiad siempre en mí; nada está librado al azar, todo está ligado a mi Voluntad. Paz.
Lectura: Romanos, Cap. 11, Vers. 28 al 36.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS