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SOBRE LA PIEDAD

28 de diciembre de 1988

Lectura: Daniel Cap. 3, Vers. 19 al 24 y del 46 al 50.

Dice el Señor, que los mensajes de este tipo solo serán dados aquí (Ciudad de Berazategui) y deben ser recopilados aparte para mantener la vivacidad espiritual del grupo, aunque pueden también transmitirse a todos y especialmente a los sacerdotes.
Tenemos que aprender a escapar de las llamas del infierno; esas llamas no afectan al que se dedica al Señor en oración y al que lleva una vida piadosa. Este es el significado de la lectura anterior y de lo que viene después, pero esto debe ser tomado aparte; lo que viene ahora tiene que ir aparte, como un anexo, como un mensaje aparte pero también para todos, porque es una enseñanza más profunda.
SOBRE LA PIEDAD: Primera Parte
Habéis visto que os pido actitud de piedad en mis templos y en vuestras oraciones. Las actitudes de piedad deben comenzar desde lo profundo del corazón. Actitudes de piedad no son solo actitudes físicas, no consisten solamente en gestos, consisten en inclinación del corazón hacia la gracia.
DEFECTOS DE LOS QUE INTENTAN ESTA VIDA DE PIEDAD
Primero: Excesiva exteriorización: Cuando se realiza excesiva exteriorización de las medidas pietistas, se pierde el contenido y la gracia interior y se termina realizando una obra teatral sin sentido.
Segundo: Excesivo respeto humano: Cuando se quitan las medidas de piedad pensando que son motivo de escándalo, como la quita de las mantillas en las mujeres, recibir la Sagrada Comunión de rodillas o las reverencias hacia el Santísimo Sacramento del Altar, hacia las imágenes que me representan y representan a mi Santísima Madre, al rezo del Santo Rosario de rodillas y con los brazos en cruz, todo ello lleva a la destrucción de la piedad.
Tercero: Excesivo orgullo por nuestras medidas de piedad: Aquellos que piensan cumplir con todo y hacer todo porque hacen algunos gestos y se visten como santos y se cubren como santos y hablan como santos y en el interior no son santos ni mucho menos. Recordad a los lobos disfrazados de cordero; eso lleva a un falso orgullo de cumplimiento y fariseísmo que no es bueno.
Combatid estos vicios acerca de la piedad, combatidlos con todas vuestras fuerzas. Adoptad medidas de emergencia sobre la humildad y sobre todo en las acciones pietistas debéis olvidaros, dice el Señor, de vuestro carácter, debéis olvidaros de vuestras marcas personales, debéis olvidaros de vuestro orgullo, debéis olvidaros de vosotros. La verdadera piedad nace de la entrega total a mí, por mí, en brazos de mi Madre.
FIN PRIMERA PARTE
LA PIEDAD: MEDIDAS CORRECTAS A ADOPTARSE
La verdadera piedad nace:
Primero: de una profunda y sincera sensación de deseo de unión con el Señor. Una visión auténtica de la realidad de el Señor en su majestad, omnipotencia, omnipresencia y nosotros sus seguidores, en nuestra miseria, hundidos en el fango del pecado, de la inmoralidad. De este ejercicio realista se pasa a la conciencia verdadera de la presencia de Dios en todas partes y en todo momento y a nuestra total humillación y anonadación frente a Él. Eso llevará al Santo Temor de Dios, unido íntimamente con la piedad, pues todos los gestos pietistas, se realizan frente al Señor, para el Señor, por el Señor, que todo lo ve y cuya Justicia es inexorable. De ahí, todo gesto, toda acción, debe estar dirigida, en primer lugar por el amor y deseo de unión con nuestro Dios y en segundo lugar sabernos hijos de su misericordia, no merecedores de Su perdón aún así alcanzados por Su Gracia. Así se entra en la relación amorosa con el Señor donde gestos y palabras refleja abundancia del corazón y no habrá ningún hecho exterior que no sea fiel reflejo, fiel espejo de lo que nuestro corazón guarda. La piedad y la humildad están íntimamente ligadas, no puede ser piadoso quién no es humilde, quién no se destruye a sí mismo para construirse nuevamente en Dios. Ya hablaremos luego sobre la humildad. Sabed que os deseo piadosos y el signo de la piedad es oración de rodillas, corazón compungido y anonadado, frente a la presencia del Señor, y profesión de Fe pública, así sois piadosos cuando demostráis ser Mis hijos frente a todo el mundo.
LA PIEDAD DURANTE LAS ORACIONES
Deseo que los actos piadosos realizados en las oraciones sean los pedidos por mí. Oración con los brazos en cruz, cabeza cubierta (las mujeres), no a las modas escandalosas, oraciones despaciosas, meditadas, profundas.
LA PIEDAD DURANTE LAS MISAS
En el Santo Sacrificio del Altar debéis comportaros como si estuvierais en el Gólgota, frente a mí. ¿Cantaríais esas canciones a los pies de la cruz?, ¿haríais esos gestos viendo correr mi Sangre a través del madero?, ¿conversaríais de otros temas viendo La Dolorosa abrazada a mis pies?
LA PIEDAD CON LAS IMAGENES
Debéis tener actitud de respeto y piedad frente a las imágenes que me representan y a mi Santa Madre y a los santos ángeles y a estos Santos que están aquí conmigo en mi Reino. Pero no excedáis esas medidas de forma que seáis más piadosos con mis imágenes que conmigo mismo. No beséis la imagen de mi Rostro si no deseáis verme en cada hermano, no os arrodilléis frente a mi cruz si no deseáis portar la vuestra con resignación y amor. No os inclinéis frente a mi Madre si no dejáis que Ella os enseñe como hacer para alcanzar el Reino. Y sabed que el Señor cambia la forma como quiere y cuando quiere de Sus Palabras según las necesidades de cada caso y ocasión y así como grandes oradores dominan su auditorio, según mi auditorio, son mis Palabras y mis enseñanzas. A quién más bajo, bajo, a quién más alto, alto, a quién más débil, débil, a quién más fuerte, fuerte, cada uno en su medida, cada uno en su necesidad, cada uno según lo que necesite. Continuad...
Nos bendiga Nuestro Señor, nos da la Paz, en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Lectura: Efesios, Cap. 6, Vers. 10 al 17.





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