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¿CUÁNTAS VECES DEBERÉ RECORDAROS
QUE DESEO QUE LAS MUJERES SE CUBRAN?
¿ES ACASO TAN DIFÍCIL
PARA VOSOTRAS, AMADAS MÍAS?

CAPITAL FEDERAL, 23 de diciembre de 1988
RESIDENCIA UNIVERSITARIA HIJAS DE CRISTO REY

Que mi paz llegue a vosotros, ovejas de mi grey.
Os habéis reunido hoy aquí, como aquella vez los pastores, creyendo al anuncio de mi enviado, se acercaron a ese pobre lugar donde Yo, el Rey de Cielo y tierra, daría comienzo a la obra de salvación de las almas y al igual que ellos, vosotros, deseáis darme algo en obsequio y como adoración a tan magnífica y misericordiosa obra de vuestro Señor. Yo os diré, amadas ovejas de mi rebaño, lo que debéis acercar en torno a mí en esta nueva navidad. Deseo vuestra presencia y participación en la Santa Misa, verdadera y auténtica fiesta que conmemora mi nacimiento y sacrificio, que muestra mi ofrecimiento en la cruz, pues en la Santa Misa, Aquél mismo que ha nacido por vosotros, por vosotros incruentamente se vuelve a inmolar. Vuestras oraciones son la segunda ofrenda que os pido en este día y por eso os he llamado a traer vuestros pequeños niños (hay imágenes del Niño Jesús por pedido del Señor en el Mensaje del 16/12/88) para que en el momento de vuestra oración, viéndolos me veáis, y adorándolos me adoréis con humildad y amor y con profundo respeto. Esa oración es la que deseo de vosotros, mis fieles, en este día. Y hay algo más, os pediré: evitad los excesos; vosotros, que tenéis tiempo durante todo el año para realizar vuestros banquetes y fiestas, no busquéis excusa en mi nacimiento para apoyar vuestro paganismo; si sois míos, no cometáis excesos en estos días; es buena la alegría, pero la alegría que nace de la paz interior y de la unión con el Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo. No digáis que el Señor ha prohibido la cena de navidad, pero sí sabréis que el Señor desea que sea una cena de alegría, mas no una fiesta sin sentido donde perdáis el control de vuestros actos; que los pecados capitales no se echen sobre vosotros en este día, en el cual mi nacimiento marca el triunfo de la gracia, porque eso equivale a dar el triunfo al enemigo y en el hogar cristiano, fortaleza inexpugnable, no debe ser así. En aquellos hogares donde el Señor nace realmente no hay lugar para el mal. Sed vosotros el ejemplo y no hagáis como todos, pensáis bien y actuáis mal ¿de qué os sirve? Mi Madre ha venido conmigo hoy a daros la bendición, pues como Ella afirma, en cuánto a niños y nacimientos nadie mejor que una mujer. Vosotros sois la alegría de mi corazón si hacéis lo que os pido; y seréis las lágrimas de sangre de mi Madre si renegáis de vuestra fe. Elegid y hacedlo bien pues el tiempo es corto.
¿Cuántas veces deberé recordaros que deseo que las mujeres se cubran? ¿Es acaso tan difícil para vosotras, amadas mías, luego de tanto afán que he puesto en satisfacer vuestros pedidos poner sobre vuestras cabezas un signo que signifique: pertenezco al Señor? ¿Qué más da lo que opina el mundo? no es lo que opina vuestro Dios. No os quedéis con los corrillos interiores de las distintas comunidades, quedáos con la Palabra firme que escrita está y que es inconmovible, pues el Cielo y la tierra dejarán su lugar, mas mi Palabra jamás cambiará y lo que antes me agradaba, más me agrada hoy en medio de esta civilización pervertida.
Tenéis entre vosotros varios sacerdotes que cumplen con mucho esfuerzo su misión de apacentar mi rebaño. Yo digo a ellos: No desfallezcáis, pues mi compañía estará siempre con vosotros y mi Madre os dará gracias extraordinarias que os harán superar cualquier obstáculo, solo debéis ser humildes y sinceros, perseverantes en la fe y confiados.
Mas recordad que es un día de alegría, la venida de vuestro Señor entristece solo a los impíos. Mas aquellos, el resto amado de Israel, salta de gozo y alaba a su Señor porque ha cumplido su promesa.
Recibid la bendición para vosotros y estas imágenes que son signo de mi presencia en vuestros hogares, con vosotros está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

HABLA LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA
Permitid que sea Yo quién os bendiga ahora, amados de mi corazón. La Madre, signo de todas las madres, que desean el bien de sus hijos. Yo os digo, dad a sus niños a beber la leche de mi palabra, pues mis consejos os llevarán al Señor, sed fieles a Él, pues toda Palabra que sale de su boca es salvación segura para el justo y condenación para el impío. Os amo y os bendigo, recibid en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Algunos cuestionaréis mis Palabras mas una obra solo crece con aquellos que ponen en práctica lo bueno. No abandonéis pues Yo no os abandono.
El último día del año, orad, orad con fuerza, pedid, pedid, porque el próximo año esta marcado con sangre en la historia.
El próximo día viernes nos reuniremos, os convoco, venid a mí todos los que deseéis consagraros a mi Corazon misericordioso y tomaré bajo mi proteccion especial a todas aquellas familias que así lo pidan, aun a través de la distancia.
Tened paz, amados míos, la paz que viene de lo alto y que ningún hombre puede dar.

Lectura: Daniel, Cap. 12, Vers. 9 al 13.





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