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ESCRITO ESTÁ EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
LOS HOMBRES SERÁN INSTRUÍDOS
POR SU DIOS Y AQUÍ ESTOY
PARA INSTRUIROS CON MI PALABRA

CAPITAL FEDERAL, 23 de septiembre de 1988
CENÁCULO MARÍA, REINA UNIVERSAL, VOZ DEL CIELO PARA LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

Lectura: San Juan, Cap. 12, Vers. 44 al 50.

La paz descienda a vosotros, ovejas de mi rebaño.
Llegáis a mí con vuestros problemas y preocupaciones, con vuestro cansancio y dolores mas todo está comprendido dentro de mi santa voluntad y si lo aceptáis, es medio de salvación para vosotros y para otros.
No reneguéis nunca de la chatura de vuestra vida, no reneguéis nunca de lo mediocre de vuestras acciones, no reneguéis jamás de todo lo que os sucede pues cada cosa en su momento está destinada a puliros y prepararos para avanzar un grado más en santidad y así mi santa voluntad todo lo dispone para el mejor desarrollo de vuestra alma.
Faltos estáis, hijos míos, de muchas cosas mas sobre todo este mundo carece de esperanza. Parecería que el horizonte ha desaparecido y que los hombres no confían más que en sus fuerzas. A este mundo que ha desviado sus caminos propongo Yo, el Señor, los míos que son caminos de perseverancia y oración y de esperanza en una vida eterna gozosa y feliz merecida por la entrega de cada acto de vuestra vida. Yo me entregué por vosotros, entregáos vosotros por mí y juntos gozaremos en la patria celestial.
Hacen falta hombres limpios para oponerse a la suciedad del pecado. Hacen falta hombres rectos para oponerse a los subrepticios caminos de la maldad. Hacen falta hombres santos para oponerse a las fuerzas del demonio. Y aquí estoy Yo, vuestro Señor, para ponerme a la vanguardia de estos hombres. A mi derecha estará mi Santa Madre a quién vosotros veneráis siempre y cada vez más y cuyas gracias abundantes os cubren como un escudo imbatible.
Yo estoy formando en este país (Argentina) mis fuerzas defensoras de la Verdad. Y a vosotros os digo: Si permanecéis fieles, maravillas veréis cada vez mayores en los demás y en vosotros. No penséis tanto, acercáos más a mí y confiad, no hace falta tanta inteligencia, pedid más fe.
Y sabed que esta forma de venir a vosotros son las últimas llamadas de mi misericordia, aquél que no responda a estos golpes de amor, responderá al golpe de la Justicia, certero e inexorable, que colocará a cada uno en su preciso lugar eternamente.
Escrito está en los Últimos Tiempos los hombres serán instruidos por su Dios y aquí estoy para instruiros con mi Palabra, apoyaros con mis manifestaciones, bendeciros con mi gracia y fortificaros para que seáis vosotros los pilares sobre los cuales se asiente mi Iglesia que surge pues mientras una parte de mi Iglesia cae estrepitosamente por su vanagloria otra parte surge silenciosa y espiritual resplandeciente y vencedora.
El temible enemigo de las almas ha confundido a los hombres a tal punto que evita que sientan mi presencia constante entre ellos. Sabed vosotros diferenciaros, elevad vuestra plegaria varias veces al día, para eso os he instruido, os he dado jaculatorias, os he dado esos llamados y respuestas de amor para que continuamente sepáis que estoy entre vosotros. Si tenéis idea de mi presencia continua a vuestro lado, alejaréis más fácilmente las tentaciones y venceréis el pecado con mi gracia. Si tenéis idea de mi presencia constante a vuestro lado reflejaréis como espejo límpido mis gracias hacia vuestros hermanos y todo lo utilizaréis para mayor gloria.
Y sabed que a todos llamo hoy y a todos busco y espero por esa razón os he dado diversas formas de acercaros a mí y todas culminan en un solo camino, el camino que conduce al Reino de los Cielos, doloroso aquí en la tierra mas de Eterna Gloria coronada en los Cielos.
Recordad en la próxima vigilia de oración os acompañará vuestra Santísima Madre, mi Madre, aquella que al pie de la cruz os he dado.
Tened paz, amados míos, si lográis la paz todo lo que suceda a vuestro alrededor estará solucionado, pero mantenéos en paz.
Vuestro Dios se preocupa día a día por vosotros aunque no lo veáis, creed que es así y viviréis felices.
Os doy mi bendición, amados míos, y sabed que siempre contáis con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Si deseáis seguir el camino recto no apartéis la vista de las huellas de vuestra Madre, Ella conoce el camino. Tened paz.
(Bendición del Sacerdote)




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