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ESTE BROTE SERA UN ÁRBOL FUERTE Y SANO
QUE ACOJERA A MUCHOS HIJOS
BAJO SU SOMBRA, DE TODAS PARTES

VILLA LUGANO, 28 de octubre de 1988
PARROQUIA SAN JOSÉ BENITO COTTOLENGO

El Señor de la paz os da la paz, ovejas de mi grey.
Si dirijo vuestros pasos de un lado a otro es para que veáis que en esta Obra no os faltará apoyo y que no estáis solos en la tarea que os he encomendado. Especialmente os he traido aquí hoy para que gozando de mi presencia (se encuentra el Santísimo Sacramento expuesto) vuestra alma quede impregnada de mi gracia y podáis llevar a cabo los planes que tengo para esta humanidad. ¿Habéis visto alguna vez a un sediento rechazando un vaso de agua fresca?, ¿habéis visto alguna vez a un hambriento despreciar un trozo de pan recién horneado?, ¿por ventura habéis oído hablar alguna vez de un capitán de barco que rechace su timón? Bien, mas así sois vosotros, estáis sin brújula ni timón, estáis hambrientos de justicia, estáis sedientos de consuelo, hombres del mundo, mas renegáis de Quién puede daros todo, por satisfacer vuestros caprichos interesados y orgullosos. Yo he prometido y no faltaré a mi promesa: asistir siempre a esta humanidad dándole todos los medios a través de mi Santa Iglesia para que alcance su salvación, mas pobre de aquél, pobre, que rechaza la ayuda del Cielo pues más le valiera no haber visto jamás la luz.
No está, hijitos míos, la felicidad completa en este mundo, podréis vosotros vivir instantes de alegría mas la felicidad plena soy Yo.
Tened en cuenta que os he pedido obras de misericordia. Iniciad según os he marcado a través de este instrumento y por mi inspiración las obras que él os indique y poned en ellas todo empeño, pues todas son de mi agrado si ponéis el corazón y si vuestra intención es recta.
En la próxima vigilia de oración, el Cielo estará de fiesta por vosotros, pues la pequeña semilla ha crecido y obtendrá en esta próxima reunión las bendiciones necesarias en cada una de sus hojas, ramas y frutos, pues este brote, lo he dicho y lo repito, será un árbol fuerte y sano que acojerá a muchos hijos míos bajo su sombra, de todas partes. No desesperéis, la ayuda divina se hace siempre ver en los momentos más difíciles, mas vosotros, Yo os lo pido, seguid firmes en las pequeñas cosas, dejad lo grande en mis manos. Seguid ayunando, orad con frecuencia, no abandonéis los sacramentos, leed mi Palabra y la hoguera estará siempre encendida. No os preocupéis, sé bien que hay muchos enemigos, mas Yo estoy con vosotros, ¿quién, hijitos, contra vosotros?
Continuad orando, pues en esta noche, mis santos ángeles os acompañan en gran número. Aceptad también sus inspiraciones. Tened paz.
Mi Madre promete nuevamente que auxiliará a todo aquél que se consagre a su Corazón Inmaculado como camino y medio seguro de alcanzar mi corazón misericordioso. Poneos a trabajar en vosotros, poneos a trabajar hacia los demás, trabajad en la viña del Señor y recibiréis el pago justo y aún más. Hacedlo mientras hay tiempo.
Yo os bendigo, hijos míos, como un Padre bendice a su familia. Recibid lo que merecéis según vuestra Fe. Nunca os abandonaré, soy por siempre Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Verdad ha hablado, la Verdad está aquí, bendito aquél que propaga la verdad con paciencia y esfuerzo, pues su Señor estará a su lado siempre. Tened paz.

Lectura: Filipenses, Cap. 1, Vers. 27 al 30.





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