POR MANO DE HOMBRE
3 de mayo de 1996 | Primer Viernes de mes
No despreciéis el tallo verde, no dejéis de lado el fruto nuevo, no abandonéis la nueva senda. No os despreocupéis de los nuevos seguidores que llamaré a mi Obra, quienes, con nuevo fervor, vendrán a ocupar prontamente sus puestos de combate, y aquí junto a vosotros harán honor a mi nombre y a mi misericordia. Si habéis sabido cumplir con vuestra misión, seréis ejemplo para ellos; si no habéis sabido obedecerme, ellos serán ejemplo para vosotros, pues mi Obra no ha empezado por mano de hombre ni por mano de hombre terminará, y quién se detenga en el camino resistiéndose a marchar quedará solo. Mi llamado tiene su respuesta en muchos corazones sinceros que llegarán aquí, a mis pies, a ofrecerme su vida entera y yo no les negaré lo que tampoco he negado a vosotros: tiempo, enseñanzas, paciencia, amor.
Tened paz, recibid con alegría los nuevos hijos de la gran familia: la familia del Señor. Yo os bendigo, recibid mi bendición y la marca en vuestras frentes en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Feliz aquél que dejando atrás al mundo se pone al servicio del Señor temprano, al mediodía o de tarde, porque recibirá su paga por día completo, por mi bondad. Paz.
Lectura: Hebreos, Cap. 6, Vers. 9 al 12.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS