8 de enero de 2010
No seáis como aquel viajero descuidado que carga su equipaje de cosas vanas e inútiles y olvida las esenciales, y al llegar a mitad de su camino lamenta no haber organizado mejor su viaje. Llevad en vuestras alforjas todo aquello que vale y sirve en la eternidad.
Quién se olvida de mí, se olvida de su salvación. Paz.
Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: Amén).
Nuevamente paz, porque paz os hace falta en vuestros corazones.
Lectura: Romanos, Cap. 13, Vers. 11 al 14.
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