Y HABLAR CON SU VIDA
20 de septiembre de 2002
Tened por seguro que mis mensajes frente a vosotros no son un justo premio por vuestra exuberancia espiritual, sino un llamado de atención, un llamado a la conversión y al cambio, hecho por misericordia. No sois, pues, vosotros mejores que otros para oír mi voz, pero sí tenéis mayor obligación que aquellos, pues el que oye debe hablar, y hablar con su vida.
No os creáis mayores ni mejores que nadie ni os sentéis en aquellos lugares que están destinados a quienes solamente Yo indicaré. Contentáos con cumplir cada día con vuestro deber y hallar vuestra felicidad en la obediencia. Así ganaréis la batalla por la salvación de las almas que ya se está librando, pues estos son los Últimos Tiempos de que tanto se ha hablado y han llegado hoy a ustedes; no permanezcáis dormidos.
Tened paz. Yo os bendigo desde mi Santuario en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: "Amén").
Que esta bendición alcance a todo el que reciba este mensaje. Paz.
Lectura: San Marcos, Cap. 6, Vers. 6 al 13.
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