20 de agosto de 1999
Sabed, pues, que vuestro Señor siempre cumple sus promesas, y así será, para que veáis su gloria y su poder y os sintáis seguros guiados por mi mano. Tendréis, pues, la reunión para enfermos en la primer semana del mes de diciembre, el primer domingo. Trabajad para que muchos se acerquen a mi Santuario y puedan recibir las gracias que abundarán y serán concedidas a través de la imposición de estas manos que Yo mismo he elegido como instrumento de mi misericordia.
Invitad a todos: enfermos físicos y espirituales. Todos, pues todos necesitáis la ayuda de vuestro Señor y su bendición. Así, pues, concurrirán oprimidos y se retirarán libres, enfermos y volverán sanos, atormentados y volverán en paz.
Recordadlo con claridad, pues os doy tiempo para que trabajéis por el éxito de esta reunión: el primer domingo del mes de diciembre. Yo os bendigo, recibid salud y paz, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
No siempre el Señor revela sus planes con tanta claridad como lo hace aquí. Aprovechad vosotros, mis servidores, para estrechar vuestro vínculo conmigo. Paz.
Lectura: Daniel, Cap. 1, Vers. 17 al 21.
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