CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 42

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





BUENO Y AGRADABLE
A VUESTRO SEÑOR ES EL AYUNO

14 de marzo de 1997

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Bueno y agradable a vuestro Señor es el ayuno: la práctica de este sacrificio os ayudará a obtener el dominio sobre todas las pasiones, indispensable para no caer en los excesos del pecado. Unida a esto, la oración y sobre todo oraciones especiales según el tiempo para alcanzar gracias para vosotros y para aquellas almas cuya salvación os interesa. Los sacramentos son lo que el alimento para el cuerpo; ellos, para el alma, gracia, vida, luz, amor. Los sacramentos son el camino por el cual podéis llegar a mí y puedo llegar a vosotros con toda seguridad y eficacia.
Y mi Palabra no falte en vuestras vidas, la lectura de la Palabra de Dios, pues ¿cómo obedeceréis al Señor si no conocéis sus mandatos, sus preceptos, sus enseñanzas?, ¿cómo pondréis en práctica mis consejos si los ignoráis?
He aquí todo lo necesario. ¿Por qué gime la humanidad pidiendo salvación en otro medios? Si en éstos que yo mismo he puesto a su alcance lograría todo. El ayuno, la oración, los Sacramentos y la Palabra de Dios, practicados por amor a mí y unidos a las obras de misericordia, harán de vosotros verdaderos santos. No abandonéis estas armas, ni temáis que hayan perdido su eficacia, porque las cosas del mundo pasan... no así las de Dios.
Tened paz, yo os bendigo en forma especial como os prometí en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Si perdéis la paz en vuestra vida es por vuestra culpa, pues aquí en mi Santuario tenéis la fuente permanente de paz, que es mi corazón. Paz.

Lectura: Filipenses, Cap. 4, Vers. 4 al 9.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE