20 de diciembre de 1996
Siguiendo mis indicaciones, habéis traído aquí estas imágenes que me representan como Niño: nacido humildemente, para daros ejemplo de humildad; pobremente, para daros ejemplo de desapego a los bienes materiales; silenciosamente, para enseñaros que vale más el ejemplo que la palabra, y no por ésto dejé de cumplir mi misión.
Llevaréis estas imágenes y ellas actuarán con la gracia de mi bendición, mas es necesario vuestro ejemplo primero. Es indispensable que habléis de mí con vuestra conducta y, que viéndoos, me vean; y que escuchándoos, sientan deseos de acercarse a mí. Yo estaré allí como un Niño, pero todo un Dios esperando misericordiosamente al pecador arrepentido.
Tened cerca vuestro las imágenes... Sobre ellas descienda mi bendición y se cumpla en ellas mi promesa en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Y a vosotros que habéis confiado en mi Palabra, yo os bendigo, recibid fortaleza y paz en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Cada gesto de amor debe ser reconocido con otro gesto igual, para que esto se valorice. Miradme allí, nacido por amor a vosotros y pensad: ¿qué me ofreceréis como compensación?... Si bien nada necesito, mucho espero de vosotros, para daros mucho más, y en el fin de vuestros días la Gloria Eterna. Paz.
Lectura: I Carta a los Corintios, Cap. 15, Vers. 1 al 11.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS