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Edición Nro. 40

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AQUÉL PASTOR A CARGO
DE ESTA DIÓCESIS ESTÁ DEJANDO
DE CUMPLIR SU VERDADERA MISIÓN

7 de julio de 1995   |   Primer Viernes de mes

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
¿Sabéis, pues, que sucede cuando un pastor se despreocupa de su rebaño y solo mira su propio interés? ¿Sabéis, pues, vosotros lo que ocurre con aquellas ovejas puestas a cargo de personas que solo las cuidan por interés en el salario que se les paga? Entendéis, pues, que sucederá cuando un pastor pudiendo aumentar su rebaño prefiere disminuirlo para trabajar menos, para preocuparse menos, para no ejercer su profesión como le corresponde. Este pastor es removido de su lugar y reemplazado por otro que beneficie a las ovejas; lo mismo veréis pronto. Aquél pastor a cargo de esta Diócesis (de Quilmes, Argentina) está dejando de cumplir su verdadera misión al interesarse solo por aquellas cosas en las cuales piensa habitualmente y forman parte de sus convicciones pero se separa del pensamiento de la Iglesia y separa a sus ovejas y subalternos con su forma de proceder indolente. He visto muchas almas que no reciben la debida asistencia por la negligencia en el cumplimiento del deber. Por eso, todo aquél pastor que no cumple es removido de su puesto y así será para bien de las ovejas. Porque el dueño de estas ovejas soy Yo y quién no cumpla mis mandatos no es digno de estar al frente de ellas.
Ya veréis, pues, que no es solo amenaza de hombre sino una realidad. Haré todo de manera tal que pronto las ovejas cambien de pastor y éste tenga oportunidad para ejercer bien su oficio reparando lo que su antecesor ha hecho en forma equivocada.
Tened paz y no os preocupéis en demasía pues este es asunto entre el dueño de las ovejas y sus pastores.
Recibid mi bendición, recibid la fuerza y la salud en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (Todos responden: “Amén”).
He dado un tiempo para que reflexione mas no ha querido oír mi voz, pues bien, ahora debo continuar mi camino y quitar del medio todo aquello que estorbe el crecimiento de mi Obra. Paz.

Lectura: Efesios, Cap. 4, Vers. 17 al 25.





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