CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 40

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





DUELEN EN MI CORAZÓN LAS OFENSAS
QUE RECIBE MI PRESENCIA
EN LA EUCARISTÍA

16 de junio de 1995

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Tened presente que el sacramento de la eucaristía es la máxima expresión de mi Amor Misericordioso hacia vosotros. Mi presencia en el altar es la presencia del Padre que espera el regreso del hijo pródigo que arrepentido retorna a su hogar para ponerse a su servicio. Es la mirada atenta del Buen Pastor que se preocupa por cada una de sus ovejas por más lejos que éstas estén. Y duelen en mi corazón las ofensas que recibe mi presencia en la eucaristía en este día (Festividad de Corpus Christi), cuando por honrarle se preparan actos que no dan el merecido culto a tan grande prueba de amor. Muchos creerán honrarme mientras me ultrajan; muchos creerán servirme, mientras me deshonran; muchos pensarán alegrarme, mientras me entristecen; pues si no hacen de mis templos un lugar de oración y de silencio, si no se permite el recogimiento interior necesario para examinar la conciencia, si no se brinda exteriormente el culto que Dios merece, entonces las gracias que recibirán no serán ya las mismas que si todo se realizara correctamente. Por eso vosotros no olvidéis aquella pequeña oración ¡Jesús, ven a mí, te amo!, y allí estaré, pues por un solo corazón que ama se estremece el mío; por un solo corazón que me ama y lo demuestra, abundan las gracias; por un solo corazón que ama soy consolado.
Tened paz. Recibid mi bendición que siempre os es necesaria en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Recordad siempre que mi mirada ve más allá que la de vuestros ojos y presentaos siempre dignamente aquí en mi Santuario. Paz.

Lectura: Gálatas, Cap. 4, Vers. 1 al 8.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE