COMO SI FUESE EL ÚLTIMO
8 de octubre de 1993
Como aquél pobre mendigo, alimentado durante años con mendrugos de pan duro, al probar ricos manjares no querrá luego volver a su antigua dieta. Así, vosotros acostumbrados a una espiritualidad escasa y fría, dura, relajada, insensible; si probarais verdaderamente el contacto espiritual con vuestro Señor, no desearíais volver a esa antigua forma de vida espiritual. Mas Yo os digo que: encontraréis una a través de la otra y llegaréis a la riqueza a través del sacrificio, a través de la lucha contra las distracciones y los escrúpulos. Podréis sentir por algunos momentos la proximidad y el toque de la gracia divina en vuestras almas, no para quedar así unidos por siempre, pues esto se dará solamente en la vida eterna, en el Reino, mas sí para alentaros a continuar vuestra búsqueda y como adelanto de la gloria futura. Este es, pues, el verdadero sentido que deben tener vuestras vidas, la búsqueda incesante de una mejor y mayor relación conmigo, con vuestro Dios, que os espera y ama, que os comprende y observa, que os ayuda y corrige, aunque muchas veces no entendáis mi idioma. Aprovechad, pues, cada día como si fuese el último y llegaréis al último día de vuestra vida con grandes beneficios que no os serán quitados jamás.
Yo os bendigo, recibid mi bendición, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Exigíos a vosotros mismos para estar alertas pues nadie sabe el momento en que me presentaré en vuestras vidas. Paz.
Lectura: San Lucas, Cap. 20. Vers. 9 al 18.
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