DE VUESTRA ORACIÓN,
ES PORQUE NO LA HACÉIS BIEN
6 de noviembre de 1992 | Primer Viernes de mes
Cuando os dirigís a los importantes de este mundo, ¡cuanto cuidado ponéis en vuestro lenguaje, en vuestras actitudes para agradarle, sobre todo si deseáis algún favor! Mas cuando os dirigís a mí, Señor de señores y Rey de reyes, Aquél que tiene el mundo en sus manos, ¿cómo lo hacéis?, ¿guardáis el mismo cuidado por agradarme?, ¿os preparáis interior y exteriormente de la misma forma?, ¿tratáis por todos los medios de que vuestro diálogo conmigo sea realmente eso o solo fingís frente a los demás? Si no lográis resultados de vuestra oración es porque no lo hacéis bien. Revisad, pues, como estáis en este aspecto y acostumbráos a dialogar conmigo como alguien que existe, oye, ve y conoce, y no como un ser lejano y mudo.
Cuando oráis y cuando os acercáis a mi templo donde mi presencia en la eucaristía irradia gracias continuamente, hacedlo, pues, con responsabilidad y sin prisa alguna.
Tened paz, los Ángeles están haciendo su tarea junto a vosotros aunque vosotros no sintáis su efecto ahora, más adelante lo sabréis...
Yo os bendigo y ellos os transmiten esta bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Solo perseverando en el bien lograréis frutos agradables a vuestro Dios. Paz.
Lectura: Ezequiel, Cap. 2, Vers. 1 al 9.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS