NADA CONSEGUIRÉIS
27 de diciembre de 1991
Es mi deseo llevaros a una mayor perfección espiritual y muchas veces vuestra poca voluntad entorpece este crecimiento.
He intentado una y otra vez a través de esta Obra realizar un llamado a todas las almas de buena voluntad y lo vuelvo a reiterar: No os llamo a un imposible ni os llamo por vuestro mal. Sois vosotros y vuestros hermanos que os beneficiareis oyendo mi llamado. Y ha llegado la hora y ya está aquí de que se haga conocer en abundancia mis pedidos. Tenedlo presente, vosotros: Leed y releed mis Palabras anteriores y no os distraigáis del camino por cosas mundanas.
Sabed que estáis tratando con vuestro Señor, sabed que queda poco tiempo, sabed que las gracias serán abundantísimas para poder soportar lo que vendrá, sabed que todo es fruto de mi Amor por vosotros.
Recibid la fortaleza que esta bendición penetre en vuestros corazones bien dispuestos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Si lucháis solos nada conseguiréis, si buscáis mi compañía todo se hará posible por mi gracia. Confiad y esperad. Paz.
Lectura: Jeremías, Cap. 16, Vers. 14 al 18.
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