CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 28

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





REUNIÓN DE REENCUENTRO CON EL SEÑOR

17 de agosto de 1991

La paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Os habéis convocado aquí en mi Santuario, para celebrar el día del Reencuentro con vuestro Señor. ¿Sabéis lo que significa reencontrarse con vuestro Dios? Muchos, tal vez, a través de este tiempo, habéis perdido el camino, o os habéis dejado guiar por vuestras propias iniciativas.
Es día de reencuentro con mis pedidos y advertencias y con mi Obra, tal cual Yo mismo la he propuesto. Día de reencuentro, con vuestras almas en paz, regresaréis a vuestra vida diaria, si estáis dispuestos al sacrificio y la humillación por servirme. Reencuentro con vuestro Señor, pensad bien, pues, si soy Yo el Señor de vuestras vidas o sois vosotros mismos. Os doy la bienvenida a este lugar, que es la puerta abierta hacia mi corazón, donde están todas las gracias que necesitáis: por el camino de la oración, por el camino de los Sacramentos, el ayuno y las obras de misericordia, por el camino de la lectura y meditación de mis Palabras, por el camino de la obediencia a las inspiraciones del Espíritu Santo, por ese camino os encontraréis nuevamente conmigo. He aquí que en este camino, os he dado un guía, al cual Yo mantengo, mientras se mantenga fiel a mí; al cual Yo guardo y cuido, siempre que él guarde y cuide lo que Yo le he concedido en mi nombre; cuya vida Yo administro, si él administra como conviene los dones y gracias que continuamente le son otorgados y el más grande de todos: poder anunciar a vosotros, las Palabras que la voz de la misericordia aún pronuncie, esperando, aguardando.
Pues sea hoy, ovejas mías, día de conversión, no volváis a los antiguos vicios, ni volváis a retrasar vuestros avances espirituales. Luchad con las armas que os he dado, fortificaos unos a otros y mostrad al mundo que es posible ser un auténtico seguidor del Señor.
Es verdad que nada podréis por vuestras débiles fuerzas, mas en esta Obra está comprometida la actuación de vuestro Señor y Dios.
Por eso os bendigo, recibid bendición y fuerza, sabed que Yo soy Jesús, Rey de Misericordia, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”). Que la paz anide en los corazones y mi Palabra sea puesta por obra. Recordadlo.

Lectura: I San Pedro, Cap. 4, Vers. 7 al 11.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE