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Edición Nro. 27

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MOSTRAD CON SERENIDAD LA VERDAD
QUE HABITA EN VOSOTROS
SIN PERTURBAROS POR LAS CALUMNIAS

26 de abril de 1991

Mi paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Es mi ferviente deseo que vosotros, que os decís mis seguidores y Apóstoles, revaloricéis mi presencia en la Sagrada Eucaristía, a través del Santo Sacrificio de la Misa. Cada vez que en este Sacrificio estéis presente durante la transubstanciación ofrecéos vosotros mismos al Padre uniendo vuestros sacrificios y dolores de cada día a los míos, y así, íntimamente ligados a mí, ofrecédlos, pues para eso os he llamado, para ser víctimas de amor por la salvación del mundo.
Mañana al concurrir a Misa en el momento de la Consagración, decid: Señor mío, Jesús, os ofrezco todos mis trabajos y dolores, todas mis alegrías y logros, todo lo que he tenido y dejo de tener por la salvación del mundo, unido a Tu Pasión Santísima. Yo os llenaré de consuelo y felicidad en el momento de la Comunión y fortaleceré vuestras almas para la lucha que cada día es mayor y más difícil, pero para la cual no os faltará la asistencia de vuestros Ángeles y del Cielo entero.
Tened paz, mostrad con serenidad la verdad que habita en vosotros sin perturbaros por las calumnias, pues Yo conozco la verdad de cada cosa. Que eso os baste.
Mi bendición a vosotros, recibidla en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Sed vosotros los mensajeros del Cielo, con vuestras obras, con vuestra vida, con vuestra fidelidad a mí.
Si el sarmiento no permanece unido a la vid, se seca y muere. Lejos de mí no hallaréis vida alguna que os deje conformes; junto a mí, la vida más dura os parecerá dulce.
La paz penetre en los corazones bien dispuestos.

Lectura: Jeremías, Cap. 32, Vers. 37 al 44.





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