CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 26

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





NO DESEO QUE LOS HOMBRES ME TEMAN

15 de febrero de 1991

Paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Sabed que más os daré si más confiáis en mí, pues el límite de mi misericordia es vuestra confianza en mi intervención. Pedid confiadamente y con perseverancia y alcanzaréis las gracias necesarias para vosotros y para aquellos por quienes deseáis pedir. No importa cuán grande sea vuestro pedido, solo importa vuestra confianza y vuestra fe en mi intervención; solo así podré trabajar si me dáis un lugar dentro de vuestro corazón pues Yo soy el Rey de misericordia y es mi deseo extenderla sobre la humanidad entera, desde aquí y hacia todo el mundo otorgando mis gracias, día a día, a quienes se acerquen a mí.
No deseo que los hombres me teman sino que me devuelvan en algo el enorme Amor que vuelco sobre ellos cada día en cada minuto. Todos vosotros sois los fieles testigos de que mi misericordia realiza obras sin igual en aquellos que de mí todo lo esperan.
En este mundo poblado de angustias y fracasos brilla aún la luz de la esperanza para aquél que se arroja confiadamente en mis brazos.
Tened paz, amados, tened paz y continuad por el camino que habéis emprendido, no os detengáis ni volváis atrás, seguid las huellas de vuestro Señor como hasta ahora y cada vez con mayor compromiso.
Yo os bendigo, ponéos de rodillas como señal de humildad, esta bendición es para vosotros para que fortalezca vuestros corazones y mueva vuestras voluntades hacia el bien, Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Poned vosotros vuestro empeño en mis cosas y Yo no dejaré de interesarme por las vuestras en una forma especial. Probad y veréis cuán bueno es vuestro Señor. La paz a los corazones limpios.

Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 21, Vers. 23 al 26.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE