ENEMIGOS SINO ALMAS QUE SALVAR
9 de noviembre de 1990
Aún no os habéis pedido perdón unos a otros a pesar de que os habéis ofendido mutuamente; aún no habéis caído en la cuenta de que aquél que rechaza la corrección fraterna me rechaza a mí.
Estáis en peligro y sin vuestro Pastor sucumbiréis; elegid vosotros: cambiad de actitud de hoy en más y produciréis los frutos, si no lo hacéis, seréis víctimas de vuestra propia porfía. Hablo para alentaros y para que aquellos que han venido a vanagloriarse por que mi voz no va a hacerse escuchar ya, sepan que si no es aquí, será en otro lado, pero la voz se oírá y la oirán los corazones de buena voluntad.
No luchéis contra mí pues no deseo enemigos sino almas que salvar. Meditad, meditad profundamente y sacad provecho de todo lo que os he enseñado hasta hoy.
Recibid la bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Id en paz.
Lectura: San Mateo, Cap. 7, Vers. 21 al 27.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS