CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 24

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





DOS COSAS HAN HECHO QUE EL PECADO
SEA UNA FORMA DE VIDA CONSTANTE: EL
DESCUIDO SOBRE LAS OCASIONES DE PECADO
Y LA PÉRDIDA DEL SENTIDO DEL ESCÁNDALO

21 de septiembre de 1990

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
No hagáis inútiles los esfuerzos de vuestro Maestro por ayudaros a cambiar de vida, no hagáis que estas enseñanzas caigan en saco roto, aprovechad pues esta oportunidad que el Cielo os sigue dando a través de este medio extraordinario y como muestra de misericordia.
Si bien todos vosotros sabéis que el pecado reina en el mundo, no todos sabéis porqué se ha propagado tanto en este último tiempo, Yo os lo diré para que lo entendáis y sepáis contrarrestarlo. Dos cosas han hecho que el pecado sea una forma de vida constante: en primer lugar, el descuido sobre las ocasiones de pecado, en segundo lugar, la pérdida del sentido del escándalo. El descuido de las ocasiones: la ocasión de pecado es el primer escalón en el cual la conciencia advierte de la inminente caída, si no sabemos detectar esa ocasión de pecado y rechazarla caeremos indefectiblemente. Han aumentado en forma considerable las ocasiones de pecado de todo tipo y que excitan especialmente a la juventud para que a cada paso se encuentre una puerta abierta al Infierno, así el ser humano rodeado por estas verdaderas trampas, sin recurrir al auxilio de la gracia no podrá sobrevivir mucho tiempo. Muy difícil os será mantener vuestras almas limpias si no os guardáis celosamente de las ocasiones. Y también vosotros mismos, pensadlo, podéis ser ocasión de pecado para otros con vuestros gestos, con vuestras palabras, con vuestra forma de vestir, con vuestra forma de proceder, con vuestra forma de defender vuestros ideales, con vuestra condescendencia, podéis crear vosotros el ambiente propicio para que otros caigan, podéis ser vosotros los que sin querer por vuestra negligencia arrastréis a otros a un pecado, leve o grave, pecado al fin. Guardaos bien, estad atentos, permaneced en estado de gracia, evitad las ocasiones y evitad ser ocasión de pecado para otros. Proceded siempre santamente y poned en vigencia aquellas palabras que han sido abandonadas, pureza, castidad, santidad, humildad, decoro, decencia, moral.
La pérdida del sentido del escándalo: parecería que en estos tiempos que corren el escándalo no existe, solo hay cosas más o menos novedosas y por llamar la atención, se puede caer en ofensas gravísimas al Señor pues proceder de forma escandalosa acarrea un pecado grave a quién lo hace por sí mismo y por la ocasión de pecado que coloca al alcance de todos. Vosotros sabéis, entre vosotros han estado muchas veces aquellas personas que hacen del escándalo su vida, en especial ciertas mujeres que en estos últimos tiempos siguen oyendo la voz del demonio e intentando convencer a otras que sigan su mismo camino (alusión a la visita al país de una conocida actriz pornográfica). Aún dentro mismo de los templos la idea de lo que es escandaloso se ha ido diluyendo y esto es por falta de firmeza en las prédicas, en los consejos y en la enseñanza doctrinal. Que sepan pues los cristianos que lo que antes era malo aunque se disfrace hoy de una novedad sigue siendo malo a los ojos de Dios y que el demonio aún vestido de ángel de luz, demonio es.
Tened pues en cuenta estos consejos, no caigáis fácilmente en una ocasión y deis ocasión a otros de caer. Evitad el escándalo y evitad hablar de lo que es escandaloso.
Orad y meditad en vuestro corazón mis palabras para entender su verdadero sentido.
Tened paz y recibid la fuerza para cumplir lo que os propongo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Ninguna cruz será para vosotros tan pesada que no podáis llevarla pues Yo estaré a vuestro lado.
Si venís a mí nada debéis temer. Paz a las almas limpias.

Lectura: I San Pedro, Cap. 4, Vers. 12 al 19.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE