CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 22

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





PARTICIPAD DIGNAMENTE
DEL SANTO SACRIFICIO

4 de mayo de 1990  |  Primer Viernes de mes

Mi paz con vosotros, ovejas de mi grey.
La voz que habla a los oídos de las almas se eleva nuevamente en medio vuestro para vuestro bien.
Os he enseñado por diversos medios que el Santo Sacrificio de la Misa es la parte más importante en la vida de todo verdadero seguidor del Señor pues allí es donde lo encuentra vivo y presente. Allí es donde estoy plenamente esperando a cada uno de vosotros por eso os pido que no asistáis a la Santa Misa sin una mínima preparación previa, unos minutos antes meditad, pensad, en qué sacrificio vais a participar, recordad el camino de la cruz, recordad mi muerte, recordad mi triunfante Resurrección y Ascención a los cielos, recordad cómo hablaba y bendecía a mis Apóstoles, todo eso lo tenéis al alcance de la mano en cada Misa que se celebra con verdadero espíritu de piedad. Alimentad entonces en vosotros un verdadero deseo de unión en el sacrificio conmigo, para que en el momento de la triunfante Resurrección, de la misma forma permanezcáis unidos a mí. Luchad contra las distracciones y vanidades. Todo se os recompensará en gracia abundante y progresos espirituales.
El enemigo de las almas pretende destruir definitivamente este Santo Sacrificio, anularlo, evitar que se realice y lo haría rápidamente si le fuese permitido, mas aún no es el tiempo, se contenta con que aquellos que asisten a la Santa Misa permanezcan ensimismados en sus pensamientos y solo estén presentes físicamente mientras su espíritu vuela hacia diversas cosas que nada tienen que ver con la proximidad de Dios que desciende al altar frente a ellos. Vosotros tenéis ahora una obligación, me conocéis y os conozco, participad dignamente del Santo Sacrificio y no olvidéis que Quién aquí habla es el mismo que en cada Misa se ofrece y el mismo que recibís, el mismo que os juzgará según vuestros actos.
Amados míos, de la misma forma que os preparáis previamente para la Santa Misa no os retiréis con prisa del templo sin haber agradecido durante unos minutos a vuestro Señor, la misericordia de haber descendido, de haberos alimentado. Dad gracias y obtendréis abundantes progresos, os lo garantizo.
Recibid la bendición, que esta bendición os dé fortaleza en las prácticas y auténtico amor por la verdad, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Solo en mí encontraréis paz, solo en mí, sabedlo bien.
Esperad con ansia y preparaos para la llegada del Espíritu Santo, Yo os lo enviaré con fuerza para que obtengáis sus dones en abundancia y podáis aprovechar al máximo todo lo que Él os da, pues mucho se habla de Él mas poco se conoce realmente. Si sois fieles, Yo os lo haré conocer, saborearéis el auténtico Espíritu de Dios, el Santo Espíritu, el Paráclito.
Que mi paz descienda a los corazones que están abiertos a la verdad.
Mi amor quede con vosotros.

Lectura: Ezequiel, Cap. 39, Vers. 21 al 24.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE