SI MUCHOS DE VOSOTROS PRESTASEN
OÍDOS ATENTOS A MI LLAMADO DE AMOR
Formosa, 20 de enero de 1990
La voz que habla a los oídos de las almas se dirige hoy a vosotros para repetiros un llamado: venid y seguidme.
Cúan distinta sería la realidad si muchas voces sonaran en el mundo repitiendo mis palabras de misericordia y amor, cuán distinto sería el mundo si muchas almas practicasen lo que Yo he practicado y predicado con mi ejemplo, cuán distinto se vería todo si muchos como vosotros prestasen oídos atentos a mi llamado de amor, mas no os preocupéis: trabajad y confiad en mí, pues Yo estoy en medio vuestro y todo lo que hagáis en mi nombre está avalado por mi intervención.
Bendito aquél que recibe a este enviado mío por presentarse en mi nombre pues todo sacrificio y oración le será tenido en cuenta puntualmente y recibirá premio grande en esta y en la otra vida, pues si bendito es quién va en nombre del Señor, bendito es también quién en nombre del Señor lo recibe.
Nuevamente tened paz, amados míos, nada puede apartaros de mí, solo el pecado.
Yo os bendigo para que recibáis la fortaleza de vencer las tentaciones: recibid de quién os ama la bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Paz a quienes tienen su corazón abierto a mis gracias.
Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 26, Vers. 12 al 19.
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