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A LLEGADO LA HORA DEL TESTIMONIO PÚBLICO,
EL MUNDO DEBE VER VUESTRAS PRÁCTICAS
Y JUZGANDO POR SÍ MISMO
VERÁ QUE NADA MALO HAY EN ELLO

27 de diciembre de 1989

La paz a vosotros, ovejas de mi grey.
No os desaniméis con facilidad frente a la prueba, no os dejéis amedrentar por los distintos problemas que parecen presentarse frente a vosotros como un callejón sin salida. Sé que a vosotros os es común el valor y la perseverancia mas quiero con mi Palabra apoyar esos valores y bendecirlos cuando se dirigen hacia las obras de bien que os he enseñado y hacia las formas y prácticas que elevan vuestro espíritu. Sabed entonces que contáis con mi bendición si estáis luchando contra el mal a fuerza de construir en el bien, sobre base segura que es mi Palabra que llega a vosotros a través del magisterio de la Santa Iglesia, a través de la Sagrada Escritura, a través de la enseñanza de los Padres, a través de la sana doctrina, a través de la voz de mi vicario en la tierra y así como la mía en este caso sigue siendo contradecida y desobedecida continuamente. Así sea en público o en privado, así sea con indiferencia o con combate frontal, la desobediencia es la línea a seguir por los discípulos satánicos en este día, día de tinieblas para toda la humanidad, hora de oscuridad para la Santa Iglesia.
Mas Yo he venido y no otro, ni he enviado a ángel alguno, Yo he venido con mi voz a resucitar a estos muertos para que me sirvan de instrumento de salvación. Y nadie que se oponga a los caminos de Dios está seguro de alcanzar un final glorioso, vosotros lo sabéis.
A llegado la hora del testimonio público, el mundo debe ver vuestras prácticas y juzgando por sí mismo verá que nada malo hay en ello y que ninguna voluntad extraña está manejando esta Obra sino que es fruto de la misericordia.
Yo os enviaré prontamente la ayuda de mi gracia y la inspiración necesaria a través de este instrumento para las decisiones finales en todo sentido, sabed que de este trance solo se sale manteniendo una unidad inconmovible, una perseverancia en cada una de las prácticas enseñadas y una humildad que os lleve a agradecer el dolor y la prueba como si se tratase de una gran bendición pues así lo es.
Para mayor efectividad, he aquí que aumentaré el poderío de estas manos con una fuerza especial a tal punto que ya veréis que nada se resiste a las gracias que por ellas descenderán –si las almas se encuentran en paz conmigo– y huirán ante la presencia de esta bendición los espíritus infernales, sean del tamaño que sean, desde el primero al último. No he podido dar antes esto, pues debió pasar por la prueba de la humildad y el rechazo, ahora sí, no hay riesgos en que entregue un mayor tesoro a su cuidado y recordad que sois vosotros los guardianes fieles de la transmisión de mis palabras. No deseo que estas se pierdan, ni se tergiversen, pues por sí sola llevan a las almas al camino de la verdad.
Y seguid respetando los grados que deben pasar las almas para llegar hasta mí, las conversiones graduales avanzan luego con mayor firmeza en el camino de la santidad. Respetad esa graduación y acompañad amorosamente a estas almas en esta subida hacia mí. Tened paz.
Si el Infierno eleva sus llamas, Yo no permitiré que seáis tocados, si las nubes descargan su granizo, no dejaré que ninguna de esas piedras roce vuestra piel, si el mar se eleva encrespado, Yo os encerraré en lugar seguro y pondré un ángel frente a vosotros como vigía y signo de mi alianza, nada hay que Dios no pueda hacer mas guardaos bien, os lo repito, guardaos bien de las obras de los malos hombres que siguen al enemigo de las almas consciente o inconscientemente, guardaos con las armas que os dí y así permitiréis que cumpla todas y cada una de mis promesas hechas a mis fieles.
No esperéis nada de quienes nada son, esperadlo todo de mí, pues Yo soy el Todo, la Vida, el Ser.
Este cielo y esta tierra pasarán mas mis palabras jamás pasarán, pues son como tesoro que guardais en vuestro corazón.
¡Adelante! ¡Adelante! Yo estoy con vosotros.
Recibid la bendición y la fuerza en Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Consultad todo y a todo responderé puntualmente.
Paz a vosotros.

Lectura: San Mateo, Cap. 13, Vers. 24 al 30.





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