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Edición Nro. 10

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VUESTRA TAREA ES: LA ORACIÓN,
LAS OBRAS DE MISERICORDIA
Y EL EJEMPLO DE VIDA

CAPITAL FEDERAL, 14 de marzo de 1989
CENÁCULO MARIA, REINA UNIVERSAL, VOZ DEL CIELO PARA LA SALVACION DE LAS ALMAS

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
¿Cómo sabéis si entre vosotros hay verdaderamente un profeta? Será, pues, porque se cumple lo que habla de mi parte y así es. Os anuncié grandes desastres, han sucedido y seguirán; os anuncié dolorosas victorias, las habéis obtenido, a pesar del dolor; os anuncié una época de lucha, y esa época es ahora, pues vuestro enemigo, el mío, intenta rabiosamente detener la obra de salvación de las almas que la Santa Iglesia debe realizar como misión fundamental que Yo mismo le he dado.
¡Ay y pobre de aquél que olvide su alma por las cosas del mundo! ¡Ay y pobre de aquél que cambie mis intereses por los suyos, mezquinos y orgullosos! ¡Ay y pobre de aquel pastor que no apaciente su rebaño con el pasto verde y tierno de mi Palabra! ¡Ay y pobre de aquél que se opone a la voluntad de Dios!
¿Acaso necesitáis que os repita el llamado? Todos vosotros sois necesarios en esta lucha; y vuestra tarea es: la oración, las obras de misericordia y el ejemplo de vida; si lográis eso, estáis obedeciendo a lo que vuestro Señor pide de vosotros, pues muy prontos están en recibir nuevos mensajes y muy listos se los ve en transmitirlos, pero muy lentos en obedecerlos y llevarlos a la práctica; tenéis que tomar conciencia, pequeñas ovejas, que los mensajes recibidos, si no se obedecen prontamente, son palabra muerta y mis Palabras no son palabra muerta sino de Vida, de actividad, de empuje, de fuerza, de espíritu, queman como el fuego, sin destruir, sino que purifican.
Muchos de vosotros, luego de mucho tiempo, habéis adquirido nuevamente la dignidad de hijos de Dios; no la perdáis nunca por vuestra culpa, no os alejéis del calor de mi amor y dejad que el invierno avance, no temáis. Trabajad por el Reino, trabajad fuerte, trabajad firme, trabajad convencidos y Yo estaré entre vosotros como lo he prometido siempre mas no os alejéis un paso de lo que os indique la Santa Madre Iglesia.
Preparáos bien para el Viernes Santo pues preparada está esta hora para recibir enormes gracias en vuestros corazones. Del Cielo entero estarán abiertas las gracias para vosotros; aprovechad estas oportunidades de misericordia y no queráis saber nunca cómo es mi Justicia.
Seguid obrando por mí y por las almas, seguid trabajando por amor con una entrega total a mi Voluntad y seguiréis atesorando en el Cielo.
Tened paz y no temáis, pues si se acalla alguno de mis portavoces, las piedras gritarán mi Palabra pues las gracias que mi misericordia tiene para mis hijos debo darlas en este tiempo y las daré; quién venga a mí, las tendrá y son abundantísimas.
Porque os amo os bendigo y todos vosotros sois hijos preferidos de este Corazón misericordioso. Recibid la bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Habéis dicho “Amén”, debéis vivir “Amén”. Tened paz.

Lecturas: II Libro de Crónicas, Cap. 2, Vers. 2 al 6; San Lucas, Cap. 18, Vers. 9 al 14.





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