Edición Nro. 6
CON SUS TEORÍAS A CALMAR LAS CONCIENCIAS
DE AQUELLOS QUE DESEAN
NO COMPROMETERSE
CAPITAL FEDERAL, 19 de agosto de 1988
CENÁCULO MARÍA, REINA UNIVERSAL, VOZ DEL CIELO PARA LA SALVACION DE LA ALMAS
Lecturas: Efesios, Cap. 1, Vers. 1 al 10; San Juan, Cap. 8, Vers. 12 al 18.
Si la salvación del mundo dependiese de la elocuencia de vuestras palabras, hubiera elegido a otros con mayor preparación y práctica, mas, sabed, que la primer obra de apostolado y la que más asegura el éxito es la oración.
Ningún sembrador pone la semilla en tierra sin haber preparado el surco. La oración es la gracia que abre surcos en las almas donde será depositada la semilla de la Palabra de vuestro Señor predicada por vosotros o por otros, que interesa, si es mi Espíritu el que llevará esta Palabra a germinar y a crecer. Por eso os repito hoy un gran llamado: orad, todo depende de esto; orad, todo está comprendido en la oración. No comencéis tarea alguna sin haber antes dedicado unos minutos a poner vuestro espíritu en mi presencia. Dedicad todo lo que hagáis a mí y todo, todo lo bendeciré.
Guardaos de los lobos, ahora saben que aquí hay alguien que puede descubrirlos fehacientemente y que con sus propias palabras les muestra sus errores y por eso desean ahora más que nunca acallar la boca de aquél que anuncia. Yo digo hoy, he puesto este hijo como anuncio para que indique lo que Yo deseo a mi pueblo. Y hay mucho interés en que se pervierta y desvíe. Protegedlo vosotros con vuestras plegarias y sacrificios y mostrando vuestra presencia como apoyo (en las reuniones).
Y sabed que si os dedicáis a mi Obra, dejando de lado vuestros intereses mezquinos, obtendréis grandes éxitos en las almas y ninguna empresa, por grande que parezca, es mucho para la gracia de Dios.
Recordad cuando oréis que me estáis agradando, aunque no os lo diga, que os estoy acariciando, aunque no lo sientan, que mi Madre os besa aunque no la veáis, que mis ángeles os acompañan y se alegran de vuestra piedad y perseverancia. Aunque no sintáis físicamente esta presencia, es así. Así colaboraréis vosotros, hijos fieles, en el apostolado de la salvación de las almas. Dejad que vengan otros hombres con sus teorías a calmar las conciencias de aquellos que desean no entrometerse y que están más comprometidos en realidad, pues frente a su Dios, no desean tomar parte de su Obra. Dejad, como he dicho esto de lado.
Continuad en paz con la oración y los sacrificios y los frutos seguirán surgiendo por obra de la gracia.
En las vigilias de oración de cada primer viernes de mes deseo acerquéis a mí especialmente a los más necesitados pues serán días de oración y de abundante Misericordia.
Tened paz, amados míos, si los oídos de vuestra alma están atentos para cumplir nunca os faltará mi Palabra pues un buen maestro jamás abandona a sus discípulos al azar antes bien los ayuda y previene, los corrige y perfecciona. Orad, orad, con vosotros estoy. Os bendigo y doy mi paz. Recibid del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ninguna cruz por grande que sea supera la gracia divina. Tened paz.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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