CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 5

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





¿SOY O NO VUESTRO PADRE?

LA PLATA, 1 de julio de 1988   |   Primer Viernes de mes
CENÁCULO NUESTRA SEÑORA DE TODAS LAS GRACIAS

La paz descienda sobre vosotros, ovejas de mi grey.
Ha llegado el tiempo tan esperado de nuestro primer encuentro. Muchos de vosotros veis hoy aquí a Quién os ha buscado y atraído de diversos modos hasta llegar a éste, nuestro encuentro. Muchas veces me habéis llamado, Padre vuestro, y lo soy, mas cuando actúo como tal, vosotros mismos me cerráis las puertas de vuestra alma porque queréis hacer vuestra vida sin que nadie os de opinión ni consejo. Ponéos por fin de acuerdo: ¿Soy o no vuestro Padre?
Esta ciudad, gracias a la intervención de mi Madre, ha progresado en su fe y piedad, mas aún hay mucho por hacer, aún hay muchos que deberán comprometerse en el trabajo y en la lucha por la salvación de las almas. Fin único de toda Obra de Dios: Salvación. Y sabed que solo estaréis a salvo en manos de esa Madre amorosa que de todo os protege.
No construyáis barreras de soberbia y orgullo frente a mis Palabras. No elevéis vuestra frente orgullosamente frente a la Iglesia.
Muchos queréis opinar sin comprometeros. Otros pensáis que por participar tenéis derecho a todo dentro de la Iglesia mas no es así.
Siempre he deseado y lo sigo pidiendo y así lo ordené desde el principio que se guarde la obediencia y respeto por las autoridades constituidas por mi gracia. Mis sacerdotes más allá de sus errores tienen autoridad paternal sobre vosotros y siempre os sabrán aconsejar. Sabed vosotros recurrir a ellos oportunamente. Y sed vosotros refuerzo para ellos, no carga.
No cesaré de repetir en vuestros corazones y para todo aquél que quiera el llamado de mi amor misericordioso: Venid a mí, vosotros, venid a mí, necesitados, pedid, buscad, entrad en mi corazón, contadme vuestras necesidades y os auxiliaré a tiempo. Ved que a vuestro Señor nada escapa y sin vuestro Dios nada sois. Aún es un llamado de amor, no dejéis pasar vuestro tiempo en vano.
Deseo que meditéis individualmente sobre mi presencia bajo la Sagrada Especie de Pan y Vino, meditad al asistir a la Santa Misa, sobre ese Dios que desciende en ese Altar, y transubstanciado en Pan y Vino os abre la posibilidad de recibirlo en vosotros mismos. Cuantas veces, con que tristeza observo, que besáis y acariciáis con amor imágenes que me representan, mas dejáis de lado el Sagrario en el cual estoy personalmente y a veces hasta os pasa desapercibida mi presencia eucarística. Poned vosotros las cosas en su lugar.
Cómo necesitados estáis del pan material, necesitados estáis de la gracia para salvaros. Vosotros sois el fermento de esta humanidad. Guardáos, guardáos para mí.
Yo os bendigo a vosotros y a vuestros objetos piadosos. Os concedo una medida colmada de las gracias que necesitéis en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
No pasará mucho tiempo sin que esta humanidad sienta el peso de sus propios pecados, solo así verán su camino equivocado y muchos revertirán su conducta.
Orad, orad, pues la hora de la prueba es próxima para todos. No es amenaza es verdad.
Tened paz y luz en las tinieblas de este mundo.
Yo os amo y siempre os asistiré.

Lectura: Romanos, Cap. 2, Vers. 25 al 29.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE