CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 4

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





SED CAUTOS EN VUESTRAS APRECIACIONES

CAPITAL FEDERAL, 19 de junio de 1988
REUNIÓN DE ENFERMOS

Paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Debo expresaros en estos tiempos una forma de actuar que no es agradable a mis ojos. Muchos de vosotros actuáis sobre los demás juzgando y poniendo a todos bajo el peso de cargas pesadas que ni vosotros mismos sois capaces de llevar. Acusáis a los demás de falta de humildad y haciéndolo tampoco sois humildes vosotros, acusáis a los demás de soberbia y poniéndoos en mi lugar lo sois vosotros, acusáis a los demás de falta de perseverancia en la fe, ¿pero de que os sirve vuestra perseverancia si no amáis? Aprended, aprended de mí, ved que estáis vosotros mismos poniendo juicio a vuestras palabras cuando decís en vuestras oraciones “y perdona como nosotros perdonamos“. Eso es, amados de mi corazón, la Misericordia, he ahí la gran diferencia; quienes sean de los míos comprenderán; la misericordia del Señor no conoce límites y siempre está abierta y a la espera; la misericordia del Señor viene en busca de sus hijos más alejados, ¿y condenaréis vosotros a aquellos por quienes Yo he dado mi Sangre?, ¿y si Yo he decidido llamarlos y perdonarlos y acercarlos a mí y pulir poco a poco sus defectos?, ¿quiénes sois vosotros los que pretendéis decir, este sí, este no, esto sirve?, ¿acaso es esta vuestra Obra? Vosotros sois iguales ante mí, pecadores e imperfectos, os diferencia vuestra voluntad y el buen uso de la misma. Acercáos, almas mías, todos vosotros sois elegidos pues a todos os espera un lugar en el Reino si me amáis. Sed cautos en vuestra apreciaciones y sabed que al medir al hermano os estaréis midiendo. Yo os conozco, almas y os veo. No deseo aquí contrincantes, deseo discípulos fieles, pues los tiempos que se avecinan solo se sobrellevan con unidad y unidad en la oración, en un mismo espíritu. Así y solo así llevaréis adelante la obra de salvación. Os amo por eso estoy aquí. Y no temáis pues el rebaño no teme con un Pastor que está atento y eso está demostrado. Yo soy vuestro Pastor, vosotros sois mi rebaño.
Y ved como vuestra Madre misma os quiere congregar bajo su manto y os quiere colmar de gracias sin mirar merecimientos. Sed así. Ella es maestra de misericordia y Reina por amor.
Os bendeciré, en primer lugar a vosotros, hijos necesitados, recibid en abundancia según vuestra fe y capacidad espiritual. Yo os bendigo, os doy la paz y la salud, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cuando no contéis con nadie aún contáis conmigo, cuando no haya quién os oiga Yo estoy a vuestro lado, cuando no tengáis una mano a quién aferraros, aquí están mis dos manos y mi corazón.
Yo os daré de lo que solo Yo se dar. Sed fieles.
Bendigo vuestros objetos piadosos para que sean fuente de gracia, utilizadlos con fe. La bendición de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Ellos son fuente de gracia si los utilizáis siguiendo la inspiración de mi Santo Espíritu. Y a todos vosotros, hijos míos, que os habéis reunido hoy en mi nombre en busca de paz, Yo os bendigo.
Recibid la fuerza de lo alto.
Sed fieles hasta el fin.
La Palabra está aquí y ha hablado, poned vosotros la Palabra en obras y seréis de los míos. Tened paz.

Lectura: Santiago, Cap. 2, Vers. 1 al 10.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE