CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 2

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





VUESTRO SEÑOR OS LLAMA

Del Viso, 29 de enero de 1988
Cenáculo Nuestra Señora del Regreso

A quién habéis estado esperando hasta esta hora y en oración sino a vuestro Dios, a quién habéis estado aguardando para que os hable sino a vuestro Pastor y Padre, aquél bajo cuya presencia se rinden los mismos ángeles y todo lo creado rinde honores a su nombre, ese mismo viene a vosotros.
Aquí se formará un cenáculo que llevará por nombre “Nuestra Señora del Regreso” pues muchos regresarán a la fe perdida hoy y en el futuro por las oraciones que se hagan aquí, lugar destinado a la oración por las conversiones. A vosotros que dudáis de mi presencia os diré solo una cosa, palabra dicha por el Señor: os queda poco tiempo a todos para volver a mí. En lo profundo de vuestros corazones habéis sembrado y acrecentado el orgullo hasta tal magnitud que no podéis ahora desterrarlo sin la ayuda de vuestro ángel guardián y de vuestra Santísima Madre, mi Madre; el orgullo todo lo oscurece, todo lo nubla, todo lo corrompe, no os dejéis carcomer por este gusano que pervierte vuestras entrañas; sabed que frente a vuestro Dios no sois nada y en vuestra nada hallaréis al todo, solo así obtendréis felicidad.
Muchos de vosotros pedís casi con desesperación y Yo os digo, el Señor oye y el Señor cumple, confiad en mí. Muchos de vosotros no entendéis aún pues vivís en un mundo aparte que habéis creado vosotros mismos, por eso os digo, bajad de esto, volved a la tierra, volved a vuestro sitio de creatura imperfecta, vuestro Señor os llama, dad un paso adelante, en todas partes deseo tener buenos soldados para mi batalla. Mi Madre ha armado su escuadrón y lo está dirigiendo personalmente; desde aquí estoy apoyando a mi Iglesia, desde aquí estoy alimentando el Espíritu de fuego que vive en Ella, desde aquí y desde todos los lugares en que se ore, no cesaré de llamar a mis almas, vuestras almas son mías, entregaos, no seáis infieles a vuestro fin último. Habéis sido creados para la gloria y aceptáis por unos años de orgullo un castigo terrible.
¡Ah, suspiros, ah, pequeños!, amores, volved, retornad a Casa, vuestro Padre os espera, la mesa está siempre tendida para vosotros, no os desaniméis frente a vuestras dificultades, Yo estaré a vuestro lado, promesa del Señor para auxiliaros.
Dice el Señor que para la próxima semana quiere que vuelvan a cubrir con ayunos toda la semana, los cinco días, se vuelva a hacer la cadena de ayunos como se había hecho habitualmente pidiendo en especial por la paz y muy especialmente como reparación por las comuniones sacrílegas.
Llorad vuestros pecados, llorad vuestra amargura, llorad vuestras miserias, mas no os déis por vencidos, pues el Señor está entre vosotros y os ayudará a volver. Tomaos de la mano de mi Madre, Ella os guiará hasta mí con seguridad y eficacia, nadie sabe hacerlo mejor que Ella. Sedle fieles, pues de ser posible os amaría más que Yo. Dice el Señor que va a dar la bendición ahora, para que nuevamente al final sea el sacerdote el que de la bendición a todos, vuelve a cederle el Señor el lugar, a sus ministros oficiales.
Va a sanar también, dice el Señor, a dos de los enfermos por los cuales se pidió hoy.
Está dando la bendición el Señor ahora sobre todos los objetos, está haciendo la señal de la cruz con su mano derecha, deben mantenerse de rodillas durante la bendición, dice el ángel custodio del cenáculo que deben mantenerse de rodillas durante la bendición. Va a bendecir el Señor a los presentes a todas las personas y muy especialmente aquellas que han iniciado el camino de regreso. Yo os bendigo, dice el Señor y si os mantenéis fieles os protegeré siempre, recibid la paz y la salud en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Podéis terminar en paz vuestras oraciones, ya el ángel os acompaña y quedará aquí siempre.
Volved en paz a vuestros hogares, Yo os amo.

Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 7, Vers. 47 al 54.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE