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NO DEJÉIS QUE EL MUNDO APAGUE LA FE

Berazategui, 18 de diciembre de 1987

Sois todos conscientes de la realidad, todos sabéis como se halla este mundo, los hombres, en una loca carrera por el poder político, por el dominio; las sectas, avanzando sobre las almas, engañando a mucho hijos míos queridos; la Iglesia amenazando partirse en dos por los fuertes encuentros entre dos corrientes, el mundo, en fin, se debate bajo el poder de las garras del demonio y sucumbe pues no se ha acercado lo suficiente a su Dios que es el único que puede protejerlo. Ante esta situación es que el Cielo toma parte por sus hijos, es que Yo, el Señor, he venido a buscar a los míos y a llamarlos, a guiarlos para que no sean confundidos, a fortalecerlos para que pasen las pruebas, a darles amor para que puedan amar aún a aquellos que os maldicen y os persiguen, a darles constancia, para que vuestra oración se eleve hacia el Cielo continuamente, con sencillez, pero con perseverancia.
Y así vosotros, llamados de la última hora, para luchar en vuestro puestos, con vuestro ejemplo, con vuestra adhesión particular, en vuestros hogares, en vuestra intimidad, luchad por los ideales que presenta el Señor, amor, amor a Dios, amor al hermano, amor a la Santa Iglesia fundada por mí, respeto en los templos, piedad, profesión pública de fe, continua; no dejéis que el mundo apague el fuego de la fe.
La mayoría de la humanidad continúa por sus caminos errados y Yo os aseguro que si esto es así acabará mal y no a muy largo plazo se verán los frutos de toda esta cantidad inconmensurable de pecados que oscurece y mancha a la vida del hombre.
A vosotros os he llamado hoy y a otros llamaré mañana y en todas partes, a través de distintos instrumentos, pero vedme siempre a mí, al que es, al que llama, al Señor y no a estos pobres, pues tampoco ellos entienden mucho de lo que sucede, pero adheríos con fe, os he dado cuatro armas para que las practiquéis y os he dado una recomendación, la unidad, y os he dado consejos paternales pero ya es hora de que os comprometáis firmemente y dejéis las divagaciones.
Ya sabéis que contáis conmigo para esta Obra pero dejadme hacer, romped con vuestro egoísmo, dejadme actuar, dadme libertad en vuestras vidas, dejadme penetraros y os haré hijos felices, aún en los dolores mayores.
No he venido a solucionar vuestros problemas materiales, ni a daros un buen pasar, he venido a llamaros, para que ayudéis en la conversión de vuestros hermanos y ayudéis a mi Santa Iglesia a expandir mi Palabra, esa es vuestra misión, como seguidores míos comprometidos, solo aquél que lo entienda así, logrará frutos de esta Obra.
Continuad orando pues mi Madre y Yo estamos aquí y os bendeciremos al final. También daré, dice el Señor, la salud a aquellos que la piden con fe y según su fe se le otorgará. Continuad orando.

Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 28, Vers. 23 al 31.

Dice el Señor que el pecado es la fealdad del alma y la belleza del alma es María, por eso, dice el Señor, mi Madre y Yo vamos a dar ahora la bendición para que se pueda orar por la conversión personal de cada uno de los que porten estos objetos y de otros hermanos también.
El Señor Jesús y su Santísima Madre la Virgen dan la bendición a todos estos objetos, están dando la bendición ahora, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
A todos vosotros que estáis aquí reunidos en mi nombre os digo, sabed que os espero en mi Iglesia, sabed que os espero en la Santa Misa, sabed que os espero en la confesión, no hay vida cristiana sin sacramentos, venid a mí, por esos caminos que Yo mismo he elegido y son los santos sacramentos, allí encontraréis toda fortaleza y toda respuesta.
Recibid bendición y paz y la salud física para vosotros que estáis hoy aquí, en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Sabed que el triunfo está de parte de aquellos que se confían en mí y no se preocupan por los resultados. Dejadme, dejadme hacer, preocupáos en vuestras conversiones, la Obra marcha bien, os lo aseguro.
Que la paz habite en vosotros y regrese con cada uno a vuestros hogares.
Sed fieles en lo poco y se os confiará mucho más.




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