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LLEGARÁ EL MOMENTO EN QUE SE OS PERSEGUIRÁ AÚN FÍSICAMENTE,
SE OS INTENTARÁ ACALLAR

18 de septiembre de 1987

Lectura: II Corintios, Cap 6, Vers. 3.

Dice el Señor que, no debemos temer acercarnos a Él, no debemos ocultar su presencia en nosotros delante de los demás hermanos y no debemos preocuparnos por el efecto que causen sus palabras, pues ese efecto es el Espíritu que trabaja, por su cuenta y cargo, sin que nosotros podamos agregar nada, ni quitar gracia a los que Él dice.
Dice también que hay algunos presentes muy adheridos y consagrados al Corazón Inmaculado de su Madre, que hoy también van a recibir una bendición muy especial.
Quiere expresar algo el Señor personalmente: A vosotros que formáis el gran rebaño de los hijos de Dios, os digo, unid vuestras plegarias a las de mi Madre, unid vuestros deseos, unid vuestras voluntades para pedir. Paz y bendiciones a todo el mundo pues el Infierno ha desatado una campaña de difamación, en primer lugar contra mi Vicario en la tierra y luego contra todos sus seguidores, también en su nivel, contra ustedes. Llegará el momento en que se os perseguirá aún físicamente, se os intentará acallar, pero debéis manteneros firmes en vuestras oraciones, súplicas, penitencias, ayunos, sacramentos; sabed que Yo no os dejaré huérfanos ni soy mal Padre con mis hijos, sabed que Yo os amo desde el principio y os deseo para mí. Os conservo un lugar en mi Reino, limpiad vuestras manchas en mi Sangre y os elevaré hasta mi Trono. Nadie es más o menos digno delante mío, pues Yo amo a todos por igual y mi misericordia supera todos vuestros defectos y pecados. Si entendéis esto entendéis todo. Vosotros que os habéis alejado por un tiempo de mí, retornad al redil, volved a la Santa Madre Iglesia, adheríos a Vuestro Señor y toda fuerza os será dada.
Quiere recomendar el Señor que durante la próxima semana después de cada misa, frente al Santísimo, digamos, recitemos un padrenuestro muy lentamente y meditándolo, para que se vaya haciendo carne en nosotros esta oración que Él nos ha enseñado que esta sea una actitud propia para esta semana, la intención es pedir por la Iglesia misionera y dice el Señor que también nosotros somos la Iglesia misionera, porque estamos misionando cada uno en nuestro lugar, cumpliendo fielmente sus mandatos. Dice que la Virgen nos protege también cada día y que recordemos que Ella nos acompaña en todas las misas.
Dice el Señor que los planes de paz que se esgrimen en el mundo son mentirosos1 y que simplemente es intentar sacar una ventaja oculta por detrás de su enemigo, que muy pronto quedará en descubierto que esas son solamente palabras y que la realidad es el enorme miedo de unos por otros, Oriente y Occidente, nadie quiere ceder y todos temen actuar pero la paz pende de un cabello.
Dice el Señor que el día 13 de octubre debemos también renovar todos los presentes, durante la Santa Misa, nuestras promesas bautismales, como acto de consagración a Él y que debe presidir también ese día, en el templo, la reunión esta imagen de... si... mía, dice el Señor, la imagen de Jesús Misericordioso. También dice que hay otros caminos ya trazados2 y aún desconocidos pero que se irán abriendo a medida que pase el tiempo, que dejemos todo en sus manos.
Mañana... y también os digo, vosotros que hoy dudáis, mañana llevaréis mi estandarte por delante, vosotros, que me habéis criticado por usar criaturas imperfectas, alabaréis mi grandeza al ver que solo mi mano puede actuar de esta forma, vosotros que intentáis pisar la cabeza de mis elegidos, ayudaréis con vuestras oraciones a aplastar la cabeza del enemigo, pues el Señor unifica, reúne y vosotros también sois míos y os deseo unidos a mí y no hay victoria frente al enemigo sin la unidad, despreciad las cosas que os separan, abrazad la cruz que os une, porque en esa cruz habéis estado todos en mí.
¡Despertad, que ya amanece el día de la gracia del Señor! Erguid vuestras cabezas con una sonrisa frente a las pruebas pues el Cielo os auxilia y no desfallezcáis nunca en vuestros sacrificios, si sois sinceros de corazón, me mostraré a vosotros tal cual soy, día a día.
Continuad orando, luego os bendeciré y también lo haré a través de mi ministro, aquí presente, al cual apoyo con especial predilección.3
Orad, ovejas, seguid vuestro Buen Pastor. Ninguna oración elevada a vuestro Señor queda solo en palabras. Orad. Estoy aquí para oíros.
Quiere decir el Señor que digamos a nuestros sacerdotes que recen más pues la falta de espiritualidad de los sacerdotes puede resquebrajar la integridad de su comunidad; un sacerdote que ora diariamente, reaviva el fuego de mi Espíritu dentro de sus fieles, está diciendo el Señor. Bendice el Señor los objetos mientras se reza el Salve, dice el Señor, que estos objetos tienen una especial intercesión por las vocaciones sacerdotales, que debemos tenerlos con nosotros cuando oremos por nuestros sacerdotes. Está bendiciendo el Señor ahora todos los objetos. Dice el Señor:
Contad con la asistencia de San Miguel Arcángel para derrotar a la Serpiente Maligna.
Bendice el Señor a las personas y especialmente a los que han retornado hoy a Él4.
Os doy mi bendición, que no es bendición humana y baja desde el Cielo a ustedes para fortalecer lo que ya han recibido de manos de mi ministro,5 bendición sobre bendición vencerá los embates del mal y no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, Yo os bendigo, como Creador Padre, como Salvador Hijo y como Fortalecedor de la Fe, Espíritu Santo. Sabed que vosotros sois mis manos, mis ojos y mis oídos, actuad consecuentemente. La Paz sea con vosotros.


1 en el diario “Clarín” el 29 de septiembre de 1987 aparece la misma denuncia.
2 para la Obra.
3 sacerdote presente.
4 hubo más de seis confesiones antes de comenzar la reunión.
5 sacerdote.




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