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NINGÚN PUNTO
ES EL LÍMITE DE LA ENTREGA A MÍ

Santos Lugares, 22 de agosto de 1987
Festividad de María, Reina del Universo
Cenáculo Nuestra Señora de la Buena Senda

Lectura: San Mateo, Cap. 6, Vers. 19.

Dice el Señor, que tengáis paz, ovejas mías, vuestro Pastor os está reuniendo, quiero que seáis un solo rebaño en mí. Me agrada veros así reunidos en mi nombre y sin preocupación material de por medio, pues cuando el Señor está, solo el Señor interesa, mas no veo con agrado que algunos de ustedes no interpretéis mi llamado a los sacramentos, debéis acercaros más a la santa comunión para que pueda entrar a vosotros con toda libertad y reconstruir vuestra alma ajada por el pecado.
Tú ahora estás allí dudando y burlando, mas Yo se más de ti que tú mismo, y esta es la prueba, deja en paz a mis hijos.
Dice el Señor que varios de los enfermos por los que han pedido sanarán prontamente.
Que le agrada mucho ver el uso del velo en las señoras y que así se hace, así se obedece lo que el Señor pide y que por eso van a tener una bendición especial.
Dice que no desea que haya discordia por títulos y cargos en cosas que son del Señor y que todos los que se reúnen ahora deben ser un mismo espíritu con Él, que tratemos de mantener esta unidad, aunque no sea físicamente, pues en ello va la fuerza de nuestra oración.
Dice el Señor que la bendición va a llegar a todos los que han venido hoy sin necesidad de que se acerquen hasta aquí, pero que le agradaría mucho que al final se permitiera que se acerquen los que están más lejos, al menos para rezar un avemaría juntos.
Dice el Señor que hay entre nosotros un representante suyo que Él ama mucho y que Él lo está preservando para que sea un buen guía en el puesto que ocupa pero que su tarea tendrá que aumentar dentro de poco, que también lo tengamos en nuestras oraciones.1
Está también acá la santa Madre del Cielo con el Niño está ofreciendo su rosario, está como alcanzándolo a alguien. Ella está sacando almas del Purgatorio merced a nuestras oraciones y sacrificios y el Señor desea que sean mayores. Las almas se toman de la cruz del rosario y la Virgen las saca porque a través de esas oraciones se liberan muchas almas del Purgatorio.
Dice el Señor que recordemos los pedidos que hizo en el día de ayer y que vayamos preparando lo del día 13 de octubre con mucha anticipación, que nos organicemos bien, pues una tarea nos ha sido confiada y quiere Él que sea bien hecha y que todo sea consultado con Él.
Dice Nuestro Señor que quiere Él decir una cosa: Oíd, almas que queréis ser fieles servidores del Señor, ningún punto es el límite de la entrega a mí, no pongáis trabas a mi voluntad sobre ustedes para alcanzar así vuestra plenitud solo en mí. Veo que alguno de vosotros aún estáis indecisos en vuestra entrega y pregunto, ¿qué esperáis aún?, ¿no os he avisado en mil formas los caminos que el mundo ofrece y como os pierde de mi gracia?, ¿no os he entregado de múltiples maneras mis dones aún más allá de lo que necesitáis?, porque allí donde ha sobreabundado el pecado, abundará en mayor medida mi gracia. Y aún no habéis aprendido, aún no os habéis despojado completamente de vosotros mismos. Mirad que aún hay tiempo, pero esta puede ser, para algunos, la última ocasión de revertir vuestra conducta. Yo soy vuestro Padre, no soy un Dios tirano, entended. La rectitud de los hijos agrada al Padre y os hace más unidos a Él. No es por gusto que os exijo, es que lo necesitáis, pequeños, os urge seguir mi llamada para vuestra propia salvación.
Yo os encomiendo hoy a esta Madre amorosa que os guiará por el buen camino, que es hacia mí y Yo os daré un nombre para este lugar, si deseáis agradar a vuestro Señor.
Este cenáculo llevará por nombre, “Nuestra Señora de la Buena Senda”, pues los que aquí lleguen, retomarán prestamente el camino hacia mí.
Santificáos más, acercáos más a mí, ved que la hora es muy difícil para este pobre mundo y vosotros que dudáis o que os oponéis con tanta firmeza a mis palabras, acercáos al menos íntimamente una vez a mí, al Señor que por haber renegado de su fe no dejáis de ser hijos míos amados y queridos y buscados y esperados.
La Madre os muestra el buen camino y la buena senda hacia vuestra salvación.
Vuestras plegarias son muy fervientes pero poned más empeño en las meditaciones y así lograréis mayores frutos, os lo digo Yo, que sigo vuestros ruegos día a día, junto a mi Madre y la vuestra.
Y tened seguridad, vosotros los que dudáis, jamás mi Iglesia perecerá en manos del enemigo, pues aquí están mis fuerzas defensoras, aquí están mis carros de guerra, mis soldados de batalla, aquí están mis ángeles para ayudaros.
Cuando os pongáis en mis manos no habrá tesoro igual para vosotros que mi compañía aunque perdáis todo habréis ganado lo único que vale.
Al final os bendeciré con predilección, orad con mayor profundidad, vuestra entrega no será en vano, pues vuestro Señor no deja llamado sin contestar. Paz a ustedes. Orad.

Lectura: Hebreos, Cap. 8, Vers. 1 al 13.

Dice el Señor que hay varios que han pedido mucho que están pensando en su voz, en su palabra, y que les agradaría escuchar otra vez las cosas que Él dice. Son los corazones de los que están tan sedientos de Dios verdadero y dice que Él los complacerá con alguna pequeña enseñanza más.
(Visión) Ahí está, otra vez ese barco, si, dice el Señor que Él no hace que se vean estas cosas para que sufra el que las está viendo sino para que les avise, porque es mucho más malo lo que está oculto a los ojos y no se sabe que todo el mal que se ha cometido hasta ahora.
Ahora sabéis que vuestro Señor vive y os ama y os espera y os escucha, ahora sois multiplicadores de mi gracia en el mundo, llevadla con buen ánimo, pasad vuestras pruebas con alegría, pues cada escalón es necesario para llegar al fin de la escalera, así debéis ustedes, peldaño por peldaño, acercaros a mí, y acercar a otros con vuestro ejemplo.
De hoy en más, sed más cautos en vuestro accionar, sed más cuidadosos en vuestras palabras, sed más humildes en vuestros gestos y participad con corazón abierto de la santa misa.
Todo aquél que mañana invoque mi nombre en el momento de recibir la santa comunión recibirá enorme consuelo a sus dolores y concederé una gracia especial a cada uno de ellos, pero debéis acercaros en estado de gracia.2
No pasará mucho tiempo sin que vuelva a visitaros, estad preparados siempre, pues el Señor siempre os acompaña.
También os dejaré aquí, como lo ha prometido mi Madre, un ángel custodio de este lugar de oración. Orad, amores, orad.
La bendición de los objetos, dice el Señor que recordemos que en el momento de la bendición3 todas las mujeres cubran sus cabezas.
Dice que su Santa Madre va a bendecir también y va a colocar la mano derecha sobre los objetos para bendecir, que quedan con especial gracia por ser hoy una de sus fiestas.4 Bendición de las personas: Oíd mis hijos predilectos, la misma mano que os ha dado vida, la misma mano que os ha formado desde el seno de vuestra madre y de generación en generación baja ahora a ustedes a entregarles las gracias que necesitan y a bendecirles, recibid la bendición de Señor, desciende sobre ustedes en nombre de mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Sed fieles en la intimidad, luchad por seguir al Señor, avanzad con la gracia y Yo no os faltaré. Reconfortad mi corazón con vuestro sí.
Os bendeciré ahora a través de mi ministro, quedad en paz.
(Bendición del sacerdote presente).


1 Padre J.
2 Habiendo confesado.
3 ponerse de rodillas.
4 María, Reina del Universo.




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