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AQUÉL QUE NO SEA HUMILDE Y SENCILLO
COMO ESTA HIERBA
NO PODRÁ ESTAR FRENTE A MÍ

31 de mayo de 1987 1

Dice el Señor, que aún la naturaleza se rinde frente a las órdenes del Señor, pero no doblega en ustedes su alma frente a mí, porque su orgullo es mayor aún que toda la naturaleza junta y porque oyen a los que hablan en su nombre y critican en su nombre. La autoridad que Él da es la autoridad del amor y de la unidad.
Aquél que no sea humilde y sencillo como esta hierba no podrá estar frente a mí pues estos árboles saben cuando crecer y saben cuando dar frutos. Las mismas peticiones son para ustedes, las mismas órdenes para vuestras almas, y sin embargo, ni crecen, ni dan frutos como Yo les pido, sino cuando ustedes lo desean.
Bendita libertad, pero también maldito abismo; no confundáis, pues es más libre el que ama al Señor, que el que gasta su vida en cosas del mundo.
Sí, dice el Señor, que la curiosidad nunca es buena consejera del cristiano, que la fe debe no reemplazar sino apuntalar todos nuestros sentimientos, que debe apuntalar nuestro amor, debe apuntalar nuestras actitudes personales, debe apuntalar nuestra vida sacramental, pues la fe debe ser firme.
Dice el Señor que ya dijo una vez que todas las excusas son buenas cuando uno desea alejarse de la verdad y hacer lo que le place pero las razones del Señor están a la vista.
Dice el Señor que después del segundo misterio glorioso va a responder a algunos, no a todos, y que este lugar sigue siendo un lugar santificado por Él. Dice que pronto hay que volver en mayor número, el Señor dice que Él va a decir cuando.
Dice que meditemos en este misterio que sigue pues se festeja hoy,2 que Él mientras tanto nos va a ir dando su paz que descenderá como el rocío sobre la hierba.
Dice que hay que rezar mejor porque la Madre está esperando y si no se acuerdan que dijo que tenían que rezar mucho y bien, que Ella está esperando todavía. Sigamos con nuestra oración.
Dice el Señor que deben esperar para que sepan que el que responde es Él y no yo, y que el que dirige la Obra es Él, por eso se hace esperar aún un poco para acentuar su justa autoridad sobre las creaturas. No crean que es una cosa común que Él se acerque a nosotros así, con toda facilidad, y que hay que tener idea, darse más cuenta que la cosa es muy seria, cuando está el Señor.
El Señor responde algunas preguntas: Dice que hay un pedido por un enfermo que está por atrás, derecho atrás, dice el Señor que dos semanas más y comenzará el progreso.
Ahora dice: ¿Cómo antes estabas y ahora no estás? Vuelve a estar a mi lado.
No todavía, dice el Señor, no todavía, porque el que pide debe también entregar.
Dice el Señor que algunos nunca y otros pronto. Dice que algunos ni siquiera se dan cuenta que Él está respondiendo a ellos, pero que cuando suceda será cuando lo entiendan, por eso hay que estar al tanto de las palabras que Él diga.
Dice que sigue esperando, la Madre, todavía más oración de nuestra parte y veremos, ¿veremos?, ¡ah!, veremos si Ella habla.
Claro, si antes no estaba bien y ahora está bien en el medio va Jesús!3
Dice que sigamos la oración que Ella ha pedido decir algo.
El Señor dice que la va a dejar, aunque no estaba muy conforme, pero no como la otra vez, sino a través...4
Dice que yo si voy a escuchar, ustedes no, pero yo si voy a decir para ustedes, no porque yo sea más digno, sino que no es momento de elegir otro instrumento.
Está Jesús dándole el lugar a su Madre y la está haciendo ir hacia adelante para que hable. Dice que está muy preocupada por los niños pero que los pequeñitos deben ser muy, muy, muy cuidados, que hay que enseñarles a dirigirse a su Madre y a Jesús y hacerlos pedir por los mayores.
Dice que hay que tener mucho cuidado que las malas costumbres están llenando todo y que nosotros tenemos que superar a los ángeles de la guarda, a nuestros... ¡Ah!, miren que si... que si se arruina la semilla no hay planta después, pero que sigan adelante, los más firmes tienen que llevar a los otros, con su ejemplo. Ahora ya está ahí, ¿y cómo es?, abre así las manos y dos ángeles están levantándole el manto y lo están poniendo alrededor nuestro. Está así, cerrado y dentro estamos nosotros, para hacer el último misterio y Ella va a estar ahí, acompañándonos. Bueno, el Señor dice no, que por favor no diga más, porque no hemos rezado muy bien estos días y estamos algunos con mucho miedo, ¿qué es lo que pasa? Si tenemos más confianza en Dios o en que...
El Señor dice: ¿cómo vamos a ayudar a la Iglesia si estamos lejos y nunca nos molestamos en acercarnos a trabajar ahí?
Que recuerden que en Pentecostés van a estar Pedro y Pablo como dijo el Señor y ellos tal vez digan algo.
Y la Virgen quiere que en el último misterio los chicos recen acá delante de la imagen que Ella también nos va a bendecir para enseñarles cómo hay que hacer con todos; que mirando para allá.5
Los objetos benditos serán para realizar su culto que ahora son armas de batalla y que todo el que la tiene debe saber utilizarla y si no saben cuanto antes tienen que aprender o acaso ¿por qué, dice el Señor, estuvo y está tanto tiempo hablando si no es para enseñarles?
Acepta Señor Jesús estas cosas que están aquí, mira a las personas que están en las fotografías, los efectos personales, dadles Señor la bendición.
El Señor y la Virgen están poniendo las dos manos6 sobre las cosas, la derecha a todos.
La bendición del Señor desciende sobre todos, los marca para que sean mis seguidores. Reciban lo que necesitan de paz y la virtud de la constancia en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Dice el Señor que ahora los niños van a tener todas las cosas y después de la bendición final van a darlas a cada uno, con tranquilidad.
La Madre Santísima los cubre con su manto y Yo los bendigo, dice Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


1 Nuevamente se halla presente el enviado intentando obtener otra cinta grabada como testimonio y el Señor comienza su mensaje, hablándole directamente.
2 la Ascensión.
3 El enfermo que estaba atrás se mejoró.
4 de él.
5 hacia la imagen.
6 una cada uno.




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