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VUESTRA ESPIRITUALIDAD
ES MUCHO MÁS IMPORTANTE
QUE TODAS LAS PALABRAS QUE DIGAN

23 de mayo de 1987

Dice el Señor que actuemos cada uno como si supiéramos que debemos ser el único ejemplo de seguimiento de Jesús en el mundo.
Cuanta necesidad hay de su palabra y cuántas cosas han confiado a su misericordia; cuanto le hablan y preguntan, si supieran como Él escucha a todos, y como Él va a cumplir todo lo que estamos pensando1 ahora.
Y a ti que has pedido tanto, Yo te sano en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El pecado comienza en el alma y destruye el cuerpo, por eso tantos enfermos deben ser sanados, pero no importa la cantidad, en la medida en que confíen en mí, Yo estaré con ellos.
Han visto hoy que es tan fuerte la presencia del Señor aquí, pues puede hacer grandes cosas con los que tienen gran esperanza en Él, su misericordia es grande con los enfermos, pero más desea un acercamiento a Él.
Ese pecado, hijitos, ese pecado, esa mancha descuidada en vuestras vestiduras espirituales, crecerá y crecerá y todo lo tomará y arruinará, si no lo limpian de una vez y por siempre. Vuestro es el primer paso, pero luego la cuesta es fácil con mi ayuda. Abrid esos corazones duros a la gracia, limpiad vuestras mentes, y en el momento de pensar y de razonar y de discutir, oren, oren, nadie tiene luz sino Yo. El Santo Espíritu que ilumina las conciencias acude a quién lo llama. Ya lo dije y lo repito, no se pierdan en sus pensamientos, laberintos que utiliza el demonio para extraviarlos. Dejen esas divagaciones, pues vuestra espiritualidad es mucho más importante que todas las palabras que digan desde ahora hasta el fin de los días y de sus días.

Lectura: San Mateo, Cap. 20

El Señor dice, tienen ya todas mis palabras dichas, os he exhortado a confiar en mis palabras, os he llamado a creer en la sanaciones, os he llamado a ser mis discípulos, os he llamado también a no temerme.
Dice que hay alguien que ha pedido y está pidiendo mucho a la Santa Madre, que está pidiendo luz para este momento y la luz llegará a través de su Hijo, que es Él mismo el que trae esa luz, pues todo lo que María pide el Señor concede y concede salud para el que la pidió, pues Madre e Hijo trabajan juntos.
Dice el Señor que al final bendecirán Ellos dos, pues algunos lo han pedido a la Madre porque sienten temor de ser engañados, la Madre los va a asistir personalmente y los va a disolver en la sangre y el agua de su Hijo.2
Tras la puerta el enemigo tiene tendidas sus trampas para alejarlos de esto y ya está esperando al acecho y actuaría de no ser por San Miguel Arcángel.
San Gabriel y San Rafael también están aquí y nos protegen, por eso3 sale de tu boca tan fácilmente, pero cuidado, porque el enemigo está al acecho de ustedes con especial interés; no dejéis entrar razonamientos ocultos en vuestras mentes.
El Señor va a dar una oración para luchar contra las maquinaciones intelectuales del demonio. Que tengamos mucho cuidado, sumo cuidado con este enemigo, pues ahora ha quitado de sus legiones en otros lados para traerlos aquí a luchar contra nosotros. Miguel dice, si les dices así se van a asustar y no van a venir más a las oraciones. El Señor responde, así se sabe; el que está, está, y el que no está, nunca estuvo.
Oración: Oh Señor Jesús, destruye con tu luz las tinieblas que cierne el enemigo sobre mí y no permitas que me pierda en su laberinto de divagaciones. Enséñame el buen camino para que arribe victorioso a la meta final, por la intercesión de tu luminosa y Santa Virgen Madre, María, tu y nuestra Madre. Ángeles del Señor, iluminad mi camino en esta hora. Amén.
El Señor ha dado esta oración en honor al pedido de su Madre, pues a Ella le agrada darnos formas de acercanos a su Hijo.
Bendice los objetos y pide que los acerquen a los enfermos que no han podido venir. Dice que las oraciones van bien y que la cruz es signo de contradicción. Bendice a las personas. Dice que la misericordia abre sus puertas para todo aquél que reconoce su pecado, pero no abuséis de ella, pues inmediatamente detrás viene la Justicia.
La paz esté con todos y cada uno de ustedes.


1 y pidiendo ahora.
2 de su Corazón Misericordioso.
3 el Mensaje.




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