Primeros Mensajes desde 1985
PARA SEMBRAR LA SEMILLA
1 de marzo de 1987
A todos llamo, a todos quiero a mi lado. A todos concederé las gracias si me siguen. Sean humildes, sean mansos y sean verdaderamente felices en su nada pues Yo seré todo en ustedes. Despójense de las ligaduras que no les permiten a sus almas elevarse hasta mí.
Que lloren los que deseen llorar, que se golpeen el pecho los que quieren y que desgarren sus rodillas los que así quieren hacerlo, pero que todos confien en mí, dice Jesús.
Sigo sembrando en sus corazones y doy pruebas a quién no las pide y hablo en el silencio a los que confían en mis palabras.
Sientan compasión por aquellos que desconocen la misericordia del Señor, dice Jesús.
Tú no sabes hasta que profundidad llega mi amor por ti.
Ahora el que oyó debe trabajar, el que recibió debe dar. Apuren, la noche está cercana y el ladrón ronda la casa del justo. Continúen orando.
Alguien pidió una vez más, una vez más, una vez más, con lo que tienen es suficiente para creer y con nada es suficiente para no creer.
Nadie, nadie, los apartará del amor de mi corazón misericordioso.
Yo sé, dice Jesús, que tú dudas, mas si me amas te liberaré. Sé, dice el Señor, de tus buenas intenciones, si me sigues Yo te daré las fuerzas. Yo sé, dice el Señor, de tus flaquezas, si quieres Yo te daré una vida nueva pero entrégate a mí.
Lo dije y lo digo: busco servidores fieles para sembrar la semilla. Recen, dice el Señor, ofrezcan la próxima decena por el Santo Padre que está siendo acechado por el mal.
Cada avemaría es necesaria. Cada acto de humillación personal es poderoso unido a mí.
Hagan lo que hice: amor.
Recuerden que este lugar Yo lo declaré santo y hay aquí tres ángeles de guardia continua.
Recuerden, dice el Señor, tierra en que habla el Señor es bendita por Él.
Dije que acudieran a este lugar y me encontrarían, dice Jesús, y aquí estoy. Solo quiero entrega de amor.
Los bendiga el Señor Jesucristo: Aléjense de ustedes todas las maldades, todos los espíritus que trabajan en contra de vuestra salvación y los acompañe siempre sus santos ángeles guardianes y la paz de Jesús descienda sobre este lugar bendito según el poder que Él ha dado a estas manos y permanezca para siempre. Amén.
Que contemos con la guardia de sus santos ángeles y no permita que caigamos en la trampa del demonio en sus perversidades y astucias.
Los bendice Jesús: Yo los sano en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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