26 de septiembre de 2003
Mis palabras no son dadas simplemente para satisfacer curiosidades ni como una demostración de poderes o privilegios. Las palabras de vuestro Señor son para corrección y solo pueden ser aprovechadas por aquellas almas que las reciben con humildad, conscientes de sus fallas, arrepentidos de sus traiciones y en busca del camino hacia Mí. Por lo demás, inútiles serán, como árbol sin fruto, en los corazones duros, llenos de rencor y odio, empecinados en la maldad, fríos, faltos de voluntad... ¡y es la misma palabra para todos! En vosotros está que fructifique o no.
Un demonio agitador recorre el mundo invitando a todas las legiones de Satanás a trabajar con nuevas energías, pues es consciente que el tiempo se acorta y que la humanidad está débil. Y vosotros, si no podéis luchar siquiera con vuestra propia conversión, ¿cómo ayudaréis al Ejército de los Cielos a enfrentar a estos poderosos enemigos? Sed conscientes que el tiempo se acorta, y estáis vosotros también advertidos por Mí.
Paz. Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: "Amén").
No desandéis el camino ni miréis hacia atrás. Marchad hacia vuestra recuperación con el doble de esfuerzo y voluntad que habéis tenido hasta hoy.
Quedáos en paz.
Lectura: San Mateo, Cap. 12, Vers. 38 al 42.
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