3 de enero de 2003 | Primer Viernes de mes
Desde que habéis elegido seguirme sois mis discípulos y Yo vuestro Maestro; pero preguntáos hoy: ¿a qué se debe, pues, el silencio del Maestro? ¿Por qué son tan espaciadas ya sus enseñanzas? Y la respuesta está en vosotros.
¿Cómo avanzará vuestro Maestro en sus enseñanzas, si aún no habéis practicado lo que primero os expliqué? Estoy pues esperándoos, viendo vuestros progresos. ¿Por qué adelantar si aún os falta camino por recorrer? Si me anticipase, me perderíais de vista o dejaríais de comprender todo aquello que quiero que asimiléis. Recordad que la respuesta está en vosotros. El Maestro espera.
Tened paz. Yo os bendigo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: "Amén").
Poned toda vuestra voluntad a mi servicio y obtendréis éxito en todas vuestras empresas.
Lectura: San Mateo, Cap. 19, Vers. 13 al 15.
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