15 de marzo de 2002
¿Por qué demostráis tanto interés en oír mi voz y no os proponéis cumplir lo que os mando con el mismo esfuerzo de voluntad? ¿Por qué en el momento de estar alerta habéis fallado tantas veces? ¿Porqué cuando esperaba una conducta ejemplar me habéis traicionado? Las respuestas están en vosotros mismos.
Yo os he dado un guía apreciado en el Cielo, temido en el Infierno. Si lo respetáis y seguís... si supiérais dónde él os lleva, de rodillas me pediríais oportunidad para seguirlo, cueste lo que cueste. Mas Yo os lo presenté fácil, Yo mismo os he entregado a quién debe guiaros... pero no puedo obligaros a que lo sigáis.
Recordad que nada escapa de mis manos y que todo está regido por mi santa voluntad. Volved al camino recto pronto y no busquéis que sea fácil entrar en el Reino, pues bien sabéis que la puerta es estrecha y el sendero angosto.
Dejad de una vez a aquellos que van por el ancho camino de la perdición y ocupad vuestro tiempo en hacerlos cambiar de senda, si comprenden mis palabras y se arrepienten.
Tened paz. Aún en plena noche veréis la luz si estáis junto a mí.
Yo os bendigo, recibid paz y fortaleza en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: "Amén").
Responded a mi llamada y los frutos serán abundantes. Paz.
Lectura: San Lucas, Cap. 21, Vers. 34 al 37.
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