28 de julio de 2000
Prestad suma atención, pues muy pronto comenzará a verse con asiduidad el signo del Anticristo: un signo especial que lo representa, lo anuncia y lo precede; un signo que será visto por muchos. Será colocado en lugares especiales, admirado, y celebrado: es el signo del enemigo. Como las banderas que preceden a los ejércitos en la batalla, así adelanta ahora este enemigo mortal su signo en presencia de los hombres.
Tened paz. Enfrentad vuestras obligaciones con seguridad y aplicad en todo mis enseñanzas. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Guardáos de todo mal y triunfad haciendo el bien en todo momento y a todos. Paz.
Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap 4, Vers. 32 al 37.
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