2 de julio de 1999 | Primer Viernes de mes
Esta humanidad ha recibido ya suficientes advertencias de todo el Cielo, suficientes enseñanzas de mis enviados y de mi Iglesia. Ha recibido ya todo el tesoro que mi misericordia ha volcado sobre ella, y aún así no se vuelve hacia mí. Esta humanidad necesita hechos contundentes, necesita golpearse contra la piedra para comprobar su dureza, y eso es lo que sucederá. Pues las próximas

No es mi deseo traer sufrimientos al mundo, pero si éste no despierta...
Tened paz. Recibid la bendición de Aquél que os ama y estará con vosotros hasta el fin de los días, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
No busquéis fortaleza para las pruebas en otro lugar que aquí. Paz.
Lectura: I Timoteo, Cap. 1, Vers 18 al 20.
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