LAS ENSEÑANZAS RECIBIDAS
20 de marzo de 1998
Confiad y practicad todo cuanto os he enseñado a través de mi instrumento, pues el Señor no se aparta de su compromiso con él.
Yo le he dado la gracia de otorgar la salud de cuerpo y espíritu a aquellos que reciban su bendición, y hoy confirmo esta fuerza en sus manos, siempre que sea utilizada para edificación, para la paz, para el bien y para propagar mis mensajes. Podrá así, con seguridad, imponer sus manos a los enfermos y éstos sanarán, y liberar a los oprimidos por espíritus malignos, pues ante su presencia, huirán. Yo lo defenderé de sus enemigos, velaré sus noches, bendeciré sus días y le daré una guardia especial de ángeles que lo acompañará donde esté; no por sus méritos, sino por mi misericordia y respetando mi elección, pues Yo lo he llamado y le daré lo necesario para cumplir con su misión.
Tened Paz. Yo os bendigo, Yo el Señor os doy mi bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Guardad en vuestros corazones las enseñanzas recibidas y transmitidlas con vuestra conducta; solo así seréis dignos de ser llamados mis discípulos.
Mi mano no se aparta un instante de mi elegido. Paz.
Lectura: San Lucas, Cap. 21, Vers. 8 al 19.
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