14 de junio de 1996
Cuántos de aquellos que han abandonado mi Obra desearían ahora volver a este lugar y unirse a vosotros!... ¡Cuántos que víctimas de sus propias iniciativas y caprichos prefirieron su voluntad a la del Señor, lamentan ahora su error!... ¡Cuántos que si humildemente se presentaran ante mí, serían perdonados y admitidos!...
Podrán cuestionaros, diciendoos: ¿Qué habéis hecho vosotros para atraer al Señor?... ¿Qué sacrificios ocultos o qué vida espiritual lleváis, que habéis logrado que os hable?... ¿Cómo habéis conmovido el Corazón de Dios con vuestra santidad? Responded sinceramente: ¡Es solo misericordia! Y no es solo para vosotros, sino para todos los arrepentidos. ¡Es solo misericordia!... porque ésta es la Obra en la que la misericordia toma toda su fuerza y se derrama incontenible hacia toda la humanidad. No os equivoquéis pensando que habéis logrado el favor de Dios por vuestros méritos.
Tened paz. Recibid la bendición de Aquél que misericordia es y misericordia da, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Yo os presento mi camino, mas está en vosotros seguirlo o no. Paz.
Lectura: San Mateo, Cap. 27, Vers. 3 al 10.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS