CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 40

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





SOLO CRECE AQUELLOS QUE ESTÁ
APUNTALADO POR LA ORACIÓN

9 de junio de 1995

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
No dejéis que pierda valor vuestra oración, no dejéis que ésta se transforme en un mero formulismo, valorizadla como conviene a los grandes beneficios que esta trae a las almas que así lo hacen. Como valoriza el artista sus herramientas de trabajo, como valoriza el pescador sus aparejos, como valoriza el maestro sus libros: poned el auténtico valor de la oración en su lugar.
Durante mi vida he practicado abundantemente la oración y ella me ha proporcionado el auxilio en todo momento de mi Padre de los Cielos. Verdad es que continuamente estaba en su presencia mas quise dejaros esta enseñanza. Solo crece aquello que está apuntalado por la oración. No dejéis, pues, que ninguna tarea de las muchas que realizáis diariamente entorpezca el momento de oración. Para mantener el equilibrio espiritual que necesitáis en esta obra de apostolado tan grande que he emprendido y que no abandonaré si no abandonáis vosotros.
Tened paz. Vuestros esfuerzos son necesarios pues muchas almas dependen de vosotros. Aplicad vuestra voluntad firmemente en cumplir con mis pedidos pues es tiempo de relajamiento y de maldad generalizada. Distinguíos vosotros por vuestra firmeza en las virtudes y así atraeréis a muchos hasta mí. Yo os bendigo, recibid fortaleza y salud física y espiritual en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Si vosotros que no siempre hacéis el bien sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos y amigos, cuanto más vuestro Señor que es el bien supremo os dará todo lo que necesitáis y aún más para ser felices eternamente. No desconfiéis de mí y todo lo obtendréis. Paz.

Lectura: Filipenses, Cap. 4, Vers. 10 al 21.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE