CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 40

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





COMO NO SE HALLA AGUA
EN EL DESIERTO, NO HALLARÁ LA
HUMANIDAD LA VERDADERA PAZ
SINO SE VUELVE A MÍ

26 de mayo de 1995

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Oíd y pensad bien, ¿a quién admira y desea imitar el pueblo: a aquel deportista que compitiendo deja todo de sí o a aquél que rehuye la competencia por creerse indigno de la misma o falto de fuerzas? Meditad y pensad bien, ¿qué soldado es más aclamado por la gente: aquél que interviene valerosamente en la batalla a riesgo de su vida y regresa herido y maltrecho, aún derrotado, o aquél que buscando salvar su integridad se queda en la retaguardia? Meditad bien y pensad, ¿qué clase de apóstol desea el Señor: aquél que da todo de sí por combatir en la salvación de las almas o aquél otro que esperando mejor oportunidad duda de dar un paso al frente y presentarse al servicio de Dios y de su Obra? Mirad bien y no demoréis el tiempo de vuestra entrega pues Yo os sigo esperando para que seáis míos y siendo míos tengáis la paz.
El Espíritu Santo se mueve sobre la humanidad buscando corazones limpios que le den abrigo y en aquellos que encuentra abiertos a su inspiración trabaja con un ímpetu sin igual. Esperad esta acción ansiosamente, llamad al Santo Espíritu para que actúe en vosotros y os transforme, no dejéis que pase cerca vuestro sin quemaros con su fuego, sin infundiros sus dones.
Tened paz. Yo os bendigo ahora y cada vez que os esforzáis por cumplir mi voluntad en vuestra vida en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”)
Como no se halla agua en el desierto, no hallará esta humanidad la verdadera paz sino no se vuelve a mí y a mi corazón misericordioso. Vosotros sois portadores de este mensaje. Paz.

Lectura: San Lucas, Cap. 8, Vers. 4 al 11.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE