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Edición Nro. 37

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CUIDAOS VOSOTROS
DE ESTAS TRES TRAMPAS

24 de junio de 1994

Paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Muchas y múltiples armas utiliza el demonio para atrapar a las almas en sus redes. Muchas y múltiples oportunidades tiene de tentar y hacer caer a mis hijos, pero entre estas oportunidades, prefiere tender los lazos desde la sensualidad, la búsqueda de novedades y la curiosidad: tres cosas que el hombre de hoy está llevando a su máxima expresión. Cuidáos vosotros de estas tres trampas tan difíciles de sortear, pues las oportunidades de caer son múltiples, como ya os lo he dicho, mas si contáis con mi gracia, nada debéis temer.
Y cuando el audaz enemigo no puede acallar las voces de aquellos que hablan en mi nombre, pone en su cercanía multitud de instrumentos falsos que emiten sus propios mensajes plagados con inutilidades, y con estos elementos antes mencionados, muy especialmente dirigidos a la curiosidad humana. Muchos han caído en esta trampa y muy pocos instrumentos permanecen fieles al primer mandato de mi voz, pues en las duras pruebas no han respondido como deberían. Recordad, pues, que los frutos son la señal más evidente de autenticidad, y sobre todo en cada verdadera Obra inspirada por mí existirá la señal de la cruz representada en una persecución injusta.
En medio de esta oscuridad, vosotros debéis guiaros por la luz de mi misericordia. En medio de tantos maestros falsos, vosotros reconoceréis la voz, mi voz, la de vuestro auténtico maestro, vuestro Señor.
Sabed bien que Satanás ha obtenido permiso para probar al máximo a esta humanidad y ya lo está haciendo y continuará cada vez con más furor e insistencia pues desea vuestra perdición: no os descuidéis para no ser vosotros también sus víctimas.
Tened paz, recibid la bendición que os fortalece y protege en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Si vuestro deseo es hacer mi voluntad, no permitáis que nada os aparte de ella, pues solo los fieles logran el triunfo final. Paz.

Lectura: Efesios, Cap. 4, Vers. 1 al 6.





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