CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 32

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





APRENDED, ENTONCES,
A GUIAR LAS ALMAS HASTA MÍ

19 de marzo de 1993

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Un hombre invitó a su amigo a conocer un río cercano en el cual éste había encontrado alegría y diversión y su alma se había regocijado observando el paisaje. Su amigo accede y ambos se dirigen al lugar elegido mientras este hombre maravillado comenta las hermosas cualidades de este paisaje de ensueño. Los peces, la limpieza del agua, el canto de los pájaros en los árboles vecinos, la vegetación, la temperatura de esa misma agua, la corriente suave, hasta tal punto que su amigo se decide a penetrar en las aguas y tomar un baño, mas para su sorpresa, desconocía la profundidad del mismo y por poco pierde la vida en el intento. Se aleja entonces de su anfitrión, perdiendo éste su amistad para siempre por este mal entendido.
Así, pues, vosotros, muchas veces acercáis personas a mi Obra, cuando le proponéis las maravillas y hermosuras y le ocultáis el compromiso que es la profundidad misma que mi Obra tiene y corréis, pues, este mismo riesgo que el amigo que olvida en su descripción aquellos detalles que pueden resultarle desagradables a quién le oye, y es igualmente desastroso el resultado, pues, pasado el tiempo, la desilusión llega y aquél que con buena voluntad intentó persuadir a otro de pertenecer a la Obra del Señor mostrándole solo algunas cosas y prácticas buenas, se verá luego rechazado por haber manejado la mentira.
Aprended, entonces, a guiar las almas hasta mí, progresivamente, haciéndolas avanzar paso a paso, sin ocultarles gracias y dificultades, pero equilibrándolas en numeración de las mismas para que este futuro miembro de mi Obra pueda caminar seguro aunque con paso corto. No es necesario, pues, realizarlo todo en un día. Sed firmes y prudentes y así lograréis la atención de personas muy valiosas para trabajar en esta Obra. Y no despreciéis oportunidad alguna: ¡estad atentos! para que vuestro testimonio sea siempre el mejor que podéis ofrecer.
Tened paz. Recibid mi bendición y que ésta os dé fortaleza y perseverancia en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Que el miedo a equivocaros no selle vuestros labios si tenéis en vuestro corazón buena voluntad para hacer conocer mi Obra pero no acometáis empresa alguna sin consultar debidamente, solo así lograréis buenos frutos. Tened paz.

Lectura: Ezequiel, Cap. 40, Vers. 1 al 6.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE