Y OBTENDRÉIS BUEN FRUTO;
APRENDED, VUESTRO MAESTRO ESTÁ AQUÍ
30 de octubre de 1992
Oíd con atención y obtendréis buen fruto; aprended, vuestro Maestro está aquí.
Recién caído de su cabalgadura, Saulo, no se enfureció contra Quién le demostraba su poder sino que preguntó: «¿Quién eres, Señor?», meditad vosotros, ¿Quién soy Yo en vuestra vida y qué lugar ocupo en ella? Seguidamente preguntó: «¿Qué debo hacer?». Meditad vosotros: ¿Os preocupáis por mis pedidos?, ¿os enteráis de ellos?, ¿sacáis provecho de mis enseñanzas?, ¿las hacéis vida?
Y luego fue sanado de su ceguera por lo cual se convirtió en Apóstol y defensor de Aquél que le había mostrado su poder echándolo al suelo y no guardó jamás rencor sino que dió la vida por Aquél que lo humilló para enseñarle. Meditad en profundidad, acompañad con oración y mucho progresaréis.
Yo os bendigo, recibid mi bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Paz a los corazones humildes. Paz.
Lectura: Efesios, Cap. 2, Vers. 1 al 10.
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