CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 31

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





ESA ES VUESTRA LIBERTAD,
LIBERTAD DE OFENDER A DIOS
DONDE OS PLAZCA

19 de junio de 1992

Paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Aquellos que no me conocen y aún muchos que dicen conocerme se preguntan: «¿Porqué habría de enojarse Dios con nosotros?, ¿porqué tendría el Señor que ponerse en nuestra contra o amenazarnos con castigos?». Para ellos y para vosotros, sabédlo: Se enciende mi enojo contra esta humanidad por que ya los hombres no desean ser hombres ni parecerlo; por que ya las mujeres no desean ser tales ni parecerlo sino que ambos se han rebajado hasta descender a una relación sensual, placentera, pero carente de amor y de conocimiento del verdadero fin para el cual han sido creados hombre y mujer. Os veo parecidos a las bestias salvajes y así os relacionáis creyendo que eso es libertad, en los parques, en las plazas, en la intimidad, en público, ¡Esa es vuestra libertad, libertad de ofender a Dios donde os plazca! Preguntáis porqué he de ofenderme, por vuestros niños, educados por ideas extrañas, fuera del seno de la familia, invitados e incitados a madurar prontamente y a pecar con presteza perdiendo su inocencia. Faltos de ideas acerca de lo que pretendo sea una familia; todas las opiniones son válidas, mas no presentáis a vuestros hijos la propuesta de Dios. Preguntáis porqué habría de enojarme, por que son segadas miles de vidas por la guerra y el hambre, como fruto del orgullo y el deseo de poder de unos pocos, y queréis solucionar esto con movimientos, asociaciones, proclamas, cartas, acuerdos, sin mi intervención, y sabédlo: eso no terminará si no os volvéis a mí. Solo la fuerza de mi Espíritu puede ablandar esos corazones. Y preguntáis porqué vuestro Dios ha de enojarse, por que su sitio está siendo ocupado por otros, hombres y cosas, famosos, líderes, políticos, artistas, deportistas, todos tienen su palabra autorizada y a todos oís, mas cuando vuestro Señor hace oír su palabra decís: «¿Porqué va a el Señor a enojarse con nosotros?», por que Ésta, vuestra Madre, es dejada de lado, y sus palabras son escondidas a la humanidad por quienes deberían revelarlas, no permitiendo así que Ella cumpla su misión corredentora; por que apedreáis y perseguís y matáis a mis profetas, mientras preguntáis: «¿Qué hemos hecho para que el Señor esté contra nosotros?»; ¡sé bien que no lo hacéis por inocencia! y sabed que todo a su tiempo deberá rendirse a mis pies. Vosotros, aprended a elegir y enseñad a otros: el fuego ardiente de mi corazón lleno de misericordia o el fuego ardiente de la eterna condena de donde no se escapa. Y cuanto más riáis de ésto, más lo lamentaréis luego. Decís ahora: «¿Es éste el Dios de misericordia?» ¡Sí!, pues aplico mi misericordia a aquellos hijos que luchan por no contaminarse con esta ola devastadora de odio y soberbia humana. Aplicaré pues mi misericordia con justicia, así lo haré, y no vacilaré en perdonar uno a uno a quienes con el corazón arrepentido cambien su camino equivocado por aquél que Yo he trazado; camino de amor, camino de verdad, camino de resurrección y vida.
Ya no debéis responder vosotros, ya no os pueden cuestionar, ya sabéis que decir si os preguntan porqué, ¡Dios, Dios mismo está contra esta humanidad corrupta! y responderéis con mis propias palabras y ellos entenderán, por su bien, o seguirán su camino, por su mal.
Tened paz, no os desalentéis por la dura batalla si Yo os aseguro el triunfo, solo os resta encontrar el tiempo en el cual esto sucederá, ¡mas no temáis, no os abandono!, si es necesario cada día mi palabra vendrá a ustedes, ¡no lo dudéis!
Recibid mi bendición, signo de predilección por vuestras almas y compromiso en seguir mi camino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Nada de lo que os he dado ha sido en vano, todo os ha sido dado para que lo hagáis producir y haciéndolo estáis compartiendo el inicio del nuevo Reino, el Reino de vuestro Dios, en el cual ya no habrá lágrimas ni dolores. Paz.

Lectura: I Juan, Cap. 4, Vers. 1 al 6.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE